El General de Ejército Raúl Castro Ruz, de 92 años, hizo una aparición pública en el primer acto oficial de Año Nuevo en Santiago de Cuba, enfatizando su presencia y la de los altos mandos militares leales a él. En este evento tradicionalmente celebrado por los comunistas cada 1 de enero, Castro dirigió un mensaje tanto a Miguel Díaz-Canel, actual presidente de Cuba, como a la población cubana, declarando firmemente “aquí estamos y estaremos”.
En su discurso, Raúl Castro, quien asumió formalmente el liderazgo de Cuba tras la enfermedad de su hermano Fidel Castro, hizo un llamado a la unidad dentro de las facciones de la cúpula dirigente del país. “Cuidemos la unidad, más que a la niña de nuestros ojos. Estoy convencido de que así será”, expresó, destacando la importancia de la unidad como «nuestra principal arma estratégica».
Castro subrayó que la unidad ha sido clave para que Cuba, una pequeña isla, haya superado diversos desafíos. También mencionó el papel de la unidad en el apoyo a las misiones internacionalistas del país, siguiendo la máxima de José Martí de que «patria es humanidad». Además, enfatizó que la unidad entre el partido, el gobierno, las organizaciones de masas, el pueblo, y las fuerzas armadas es esencial para contrarrestar los planes subversivos del enemigo.
En abril de 2018, Raúl Castro seleccionó a Miguel Díaz-Canel como su sucesor al frente del Consejo de Estado y de Ministros, unificando por primera vez en una persona que no lleva el apellido Castro todos los poderes civiles de Cuba. A pesar de esta transición, Castro dejó claro en su discurso que sigue manteniendo una posición de influencia y poder en la isla.
Durante su alocución, Raúl Castro también se refirió al «bloqueo» de Estados Unidos como la causa principal de los problemas de Cuba. Criticó la agresividad constante de EE. UU., incluyendo la invasión militar, el terrorismo y el bloqueo, que ha sido condenado por la mayoría de las naciones del mundo. Según Castro, en Cuba se ha construido una sociedad «justa y humana» con igualdad de oportunidades para todos, y calificó a aquellos cubanos que buscan alternativas al socialismo como «serviles» y acusó a estos de actuar contra su propia patria por afán de lucro. Este discurso refleja la postura oficialista que criminaliza el disenso en la isla.