Lis Cuesta, la esposa del presidente cubano Miguel Díaz-Canel, ha generado controversia con su reciente gesto de donar 20 módulos de jardinería a jóvenes cubanos del proyecto Palmarola, una iniciativa enfocada en la cultura verde en Cuba. A través de su cuenta en la red social X, Cuesta expresó su gratitud a los colaboradores de Namibia y Cuba que hicieron posible esta donación, destacando el valor del proyecto Palmarola en la Quinta de los Molinos.
Sin embargo, la acción de Cuesta ha sido recibida con críticas por parte de algunos ciudadanos cubanos. Estos cuestionamientos se centran en su rol no oficial como primera dama y su participación en asuntos gubernamentales, a pesar de no tener un cargo político formal. Un usuario en las redes sociales cuestionó su implicación en actividades del gobierno, señalando las incongruencias de la dictadura.
Además, otros comentarios han apuntado a la percepción de que los gestos de Cuesta son insuficientes o superficiales frente a las necesidades más profundas de la población cubana. Un internauta, por ejemplo, sugirió que en lugar de donar módulos de jardinería, Cuesta podría haber ofrecido algo de mayor valor y utilidad práctica, como su reloj Cartier, para ayudar a los jóvenes a satisfacer sus necesidades básicas.
La figura de Lis Cuesta también ha sido objeto de críticas por su participación en viajes oficiales al extranjero junto a Díaz-Canel. Recientemente, su viaje a Irán, donde formó parte de la delegación oficial cubana, fue cuestionado por algunos ciudadanos que la acusaron de aprovecharse de los recursos públicos para disfrutar de lujos inaccesibles para la mayoría de los cubanos.