Madrid se convierte en el escenario vibrante de una Navidad Timbera gracias a la presencia de Santa Claus, quien, al compás de la timba cubana, ha encendido las calles y contagiado a todos los viandantes con sus movimientos irresistibles.
En su perfil dedicado a los «fanáticos de la timba cubana», Juan Diego, un peruano residente en Madrid, comparte la misión de salir a las calles para conectar con la gente a través del poderoso lenguaje de la música cubana.
En las recientes festividades navideñas, Juan Diego, conocido en las calles como «Madrid Timbera», decidió dar un giro especial a su propósito, vistiéndose como Santa Claus y plantándose en la concurrida calle de Preciados, una arteria rodeada de centros comerciales en la capital española. Allí, con altavoces y al ritmo de Maykel Blanco y su Salsa Mayor, el joven de 32 años hizo que hombres y mujeres de todas las edades se entregaran al contagioso ritmo de la timba cubana.
En declaraciones, Juan Diego compartió que esta iniciativa es «una idea que sale del corazón», una expresión auténtica de su amor por la música y el deseo de llevar alegría a las calles de Madrid. A pesar de trabajar 40 horas a la semana en un restaurante gallego, Juan Diego dedica sus dos días libres a su pasión por la timba y la conexión con la gente.
Bajo el lema «Si bailas con el corazón, nadie bailará mejor que tú», este cubano animador busca que la gente libere su alma a través del baile, una misión que ha cumplido con creces durante las festividades navideñas. Vestido como Santa Claus, Juan Diego ha regalado momentos de alegría, recibiendo como recompensa no material, sino el aplauso y las sonrisa de quienes se suman a su contagioso baile.
La historia de Juan Diego, el peruano que se convierte en Santa Timbero en las calles de Madrid, es un ejemplo inspirador de cómo la música y la pasión pueden transformar un ambiente festivo y llevar la magia de la timba cubana a lugares inesperados. En estas fiestas, la Navidad Timbera ha conquistado corazones y ha demostrado que la alegría y el ritmo no conocen fronteras.
