En un contexto de incertidumbre económica y cambios regulatorios en Cuba, una familia cubana ha decidido poner en venta su propiedad, que incluye una casa y un supermercado integrado. Esta decisión se produce en medio de una ofensiva gubernamental contra ciertas Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (Mipymes) que importan productos terminados, una política que ha generado preocupación entre los empresarios de la isla.
La propiedad, ubicada en Playa, en la calle 15 y 84, fue anunciada en venta el pasado 6 de diciembre, justo antes de que el gobierno cubano confirmara medidas restrictivas para las Mipymes. La casa, con una extensión de 459 metros cuadrados, cuenta con tres habitaciones, tres baños, cochera, sótano, wifi y dos plantas eléctricas de 10 kw cada una. Además, se incluye en la venta todo el mobiliario de la casa y el supermercado.
Las imágenes compartidas en Facebook muestran una estructura dividida, con una sección de la vivienda dedicada al supermercado, que incluye una oficina y un almacén. Según fuentes cercanas al vendedor, el precio de venta del conjunto es de 600 mil dólares, y el supermercado está actualmente en funcionamiento.
El supermercado ofrece una variedad de productos, incluyendo jamones, quesos importados, artículos de aseo personal como champú, jabones y productos de limpieza. La decisión de vender la propiedad parece haber sido influenciada por los rumores de que el régimen cubano implementaría controles estrictos para las Mipymes, lo cual fue confirmado por el primer ministro Manuel Marrero Cruz en la Asamblea Nacional del Poder Popular.
El gobierno cubano, tras reconocer el fracaso del “ordenamiento económico” y la imposibilidad de alcanzar el crecimiento proyectado del 3% para el Producto Interno Bruto (PIB), anunció una cruzada contra las Mipymes que importan productos terminados. Según Marrero Cruz, esta práctica ha sido más un problema que una solución para el pueblo cubano, ya que no ha contribuido a disminuir la inflación ni los precios.
El primer ministro afirmó que se tomarán decisiones para estimular a quienes importen materia prima para producir en Cuba y desestimular a aquellos que importen productos listos para la venta, especialmente aquellos que se producen en el país. Esta medida busca regular el impacto de las Mipymes en la economía cubana, que según el gobierno, no ha generado la riqueza nacional esperada ni ha creado un volumen significativo de empleo.
La venta de esta propiedad y supermercado en La Habana es un reflejo de las preocupaciones y desafíos que enfrentan los empresarios cubanos en el actual clima económico y regulatorio de la isla.