Hace apenas unos días, la generosidad y la amistad protagonizaron un conmovedor episodio que cambió la vida de un joven cubano. En el corazón de esta emotiva historia, un acto de altruismo sorprendente: el donante, nada menos que el mejor amigo de toda la vida del receptor, Manolito Rodríguez Santos.
El relato, extraído de las páginas del diario Escambray, nos sumerge en la profunda conexión entre Manolito, un joven de 21 años que enfrenta desde 2019 una insuficiencia renal crónica terminal, y Johnny Rivadeneira Martínez, su compañero desde la infancia.
El proceso que llevó al primer trasplante de riñón de donante vivo no emparentado en la región central de Cuba, realizado en el Hospital Clínico Quirúrgico Hermanos Ameijeiras, es desmenuzado en esta crónica emotiva. La historia pone de manifiesto la verdadera esencia de la amistad y la disposición de Johnny a dar un paso extraordinario para salvar la vida de su mejor amigo.
En las palabras del joven donante, se revela que su decisión no fue un impulso: “Mi mejor amigo estaba pasando por un mal rato; podía morir de no aparecer un donante y yo me brindé”. Sin embargo, el camino hacia esta noble acción no fue sencillo. Inicialmente, las regulaciones exigían una relación de parentesco cercano, pero con el tiempo y cambios en las normativas, los estudios para la donación finalmente comenzaron.
La alegría volvió a los ojos de los padres de Manolito cuando las pruebas mostraron la posibilidad de la donación. Johnny, recordando las voces de advertencia que recibió, comparte: “Cuando me informaron que era O negativo y coincidente con el grupo y factor de Manolito, la alegría fue inmensa. Ha sido un proceso largo de pruebas, de emociones muy fuertes”.
El gesto valiente de Johnny no pasó desapercibido para los padres de Manolito, quienes expresaron su gratitud: “El gesto de Johnny es un acto de bondad enorme, único; que agradecemos inmensamente, también, a sus padres, por el apoyo que les han dado en este paso. Hemos querido mucho a Johnny y ahora con esta acción de humanidad sin límites, lo parimos nuevamente”.