El régimen cubano ha tomado medidas enérgicas contra el tráfico de divisas, deteniendo y acusando a cuatro ciudadanos por el delito de desobediencia. La acción se llevó a cabo tras una reunión profiláctica de la jefatura del MININT en el municipio Santa Clara con individuos dedicados al tráfico de divisas en la zona de CADECA, conocidas como casas de cambio.
Según el informe de la página “Fuerza del Pueblo”, un espacio afín a la dictadura, “4 de estos ciudadanos asiduos al lugar fueron detenidos y acusados por el delito de desobediencia, teniendo en cuenta que habían sido advertidos en varias ocasiones y continuaban en la actividad ilícita.”
La declaración oficial enfatiza la determinación del régimen cubano en no permitir que las ilegalidades se conviertan en una parte cotidiana de la vida. Sin embargo, mientras la dictadura intenta desviar la atención de asuntos más serios, como la reciente violencia en La Habana, la inseguridad se apodera del país.
En un trágico suceso, una adolescente fue asesinada en La Habana, y su primo, Yansel Villalba, ha ofrecido una recompensa de 500 dólares para atrapar a los culpables. Este caso se suma a la preocupante lista de crímenes, como el del joven cubano Pedro Julio Serrate González, quien permanece prófugo de la justicia después de presuntamente asesinar a su pareja Melani García.
La situación revela una compleja realidad en la que el régimen, al combatir el tráfico de divisas, busca mantener el control, mientras la población enfrenta desafíos más urgentes, como la creciente violencia. Este episodio resalta la tensión entre las prioridades del gobierno y las preocupaciones reales de los ciudadanos cubanos.