Importador de Autos Expone el Lucrativo Mundo de las Tarifas en Cuba: ¿Quién se Beneficia Realmente?

Redacción

En un reporte revelador de la plataforma digital 14ymedio, el importador cubanoamericano Alejandro Martínez, fundador de la compañía Maravana Cargo con licencia del Departamento del Tesoro de EE. UU., arroja luz sobre el negocio de importación de autos a Cuba. En un desglose detallado de las tarifas, Martínez explica cómo se divide el dinero que se cobra por cada vehículo.

Martínez, cuya compañía se especializa en el envío de paquetes y cargas a la isla, destaca que una parte significativa del costo se destina al pago de impuestos a la Aduana de Cuba. Según sus declaraciones, aunque la Aduana cobra por la importación de toda la carga, el verdadero negocio reside en la entrada de autos. El costo, determinado caso por caso por la Administración cubana, oscila entre los 20.000 y 56.000 dólares, dependiendo del modelo, año de fabricación y otras variables que el propio empresario admite desconocer.

Maravana Cargo retiene un promedio de 8000 dólares por vehículo exportado, cubriendo así los gastos de transporte, seguro y trámites, además de obtener un beneficio para la propia compañía. Martínez destaca que no existe un porcentaje fijo establecido por el Gobierno cubano para el envío, y admite desconocer los parámetros de la Aduana para establecer el monto a cobrar.

El empresario revela que su empresa cobra entre 6000 y 9000 dólares por fletes, seguros y el trincaje del auto en el contenedor, entre otros conceptos. Posteriormente, todos los documentos se envían a la Aduana de Cuba, donde se determina el precio de entrada del vehículo, variando en cada caso.

“El costo en Cuba es complicado de definir; cada vehículo tiene un modelo, año… bajo esas premisas, Cuba devuelve un precio que le damos al cliente, quien decide si quiere enviarlo o no, pagando con su cuenta en moneda libremente convertible (MLC) y nosotros nos encargamos del envío”, advierte Martínez. Estas revelaciones arrojan luz sobre el complejo y lucrativo mundo de las tarifas de importación de autos a Cuba, cuestionando quiénes son los verdaderos beneficiarios de este negocio.