Régimen cubano anuncia cambios de la tasa oficial del dólar en el país a partir del 2024

Redacción

Cuba y su la "dolarización" de la economía que el Gobierno se niega a admitir

El gobierno cubano, en un intento por controlar la creciente crisis económica, anunció cambios en la tasa oficial del dólar a partir de enero de 2024. El primer ministro Manuel Marrero Cruz, en su intervención ante la Asamblea Nacional del Poder Popular, no especificó la nueva tasa, pero criticó a medios independientes cubanos por influir en el mercado informal de divisas en la isla.

Marrero Cruz expresó su descontento con la forma en que se proyecta la tasa de cambio desde el exterior, acusando a estos medios de fomentar precios abusivos a nivel nacional. Esta declaración se produce en un contexto donde el régimen ha intentado culpar a medios como El Toque por promover altas tasas de cambio y, por ende, la inflación en Cuba.

La economista venezolana Pasqualina Curcio, aliada del régimen, ha sugerido que los movimientos en el mercado informal de divisas no reflejan la realidad económica de Cuba, sino que son manipulaciones políticas y económicas de fuerzas externas. Sin embargo, esta afirmación ha sido refutada por otros expertos que señalan que la crisis económica de Cuba y las decisiones gubernamentales son las verdaderas causas de la depreciación de la moneda nacional.

ElToque, uno de los medios criticados, establece su tasa de referencia analizando anuncios de compra y venta en redes sociales y sitios web, reflejando así la situación real del mercado. En agosto, el gobierno cubano fijó la tasa de cambio para la compra de divisas a 120 pesos cubanos por dólar, cercana a la estimación de El Toque.

La crisis económica en Cuba sigue empeorando, con el dólar alcanzando nuevos récords en el mercado informal. En 2023, el peso cubano se ha depreciado casi un 50% frente al dólar y al euro en este mercado. A pesar de la esperanza del gobierno de que la depreciación se modere en 2024, la economía cubana enfrenta desafíos significativos para corregir sus desequilibrios.

El régimen cubano insiste en que la tasa de cambio del peso no debe ser determinada por fuerzas externas, especialmente por aquellos considerados “enemigos” de la revolución. Con estos cambios en la política monetaria, el gobierno busca reafirmar su control sobre la economía en medio de una situación cada vez más difícil.