En medio de la crisis económica y la inflación galopante en Cuba, el primer ministro Manuel Marrero Cruz ha solicitado un cambio en la estrategia gastronómica del país, abogando por un mayor enfoque en cafeterías estatales en lugar de restaurantes. Según Marrero Cruz, las cafeterías tienen un impacto más significativo en la población y son más accesibles en comparación con los restaurantes, cuya proliferación ha sido a expensas de pequeños puntos de venta más asequibles.
El líder cubano expresó su descontento con el desarrollo estatal en ofertas gastronómicas, criticando la preferencia por los restaurantes en lugar de destinar recursos a cafeterías y puntos de venta que pueden llegar a más personas. Esta medida busca abordar la creciente inflación que afecta a la nación antillana.
Marrero Cruz también cuestionó la entrega de locales donde funcionaban cafeterías a manos de particulares, sugiriendo que estas formas de gestión no estatal han fallado en proteger a parte de la población. Un llamado a la revisión y corrección de estas medidas subraya la preocupación del gobierno por la efectividad de las decisiones tomadas anteriormente.
En una nota adicional, el presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, Esteban Lazo, pidió precios más bajos en la gastronomía popular, aunque el país enfrenta un aumento del déficit fiscal y una inflación creciente.
Además, la ministra de Comercio Interior, Betsy Díaz Velázquez, compartió estadísticas que confirman una drástica reducción de las entidades de gastronomía en manos del Estado. En 2014, el Estado gestionaba 8,984 establecimientos, mientras que en la actualidad solo quedan 3,790 unidades, con un 52% gestionadas por actores no estatales y un 48% por actores estatales.
