San Lázaro en Cuba: Más que un Santo, una Tradición que Resuena en la Isla

Redacción

En la rica amalgama cultural de Cuba, San Lázaro emerge como una figura destacada, atrayendo devotos tanto dentro como fuera de las tradiciones yoruba. En su origen bíblico, este personaje es representado como amigo de Jesús y hermano de Martha y María Magdalena.

Su nombre, que en el idioma de Israel significa “Dios es mi auxilio”, ha perdurado a través de los siglos, convirtiéndose en el segundo santo más venerado en Cuba, después de la Virgen de la Caridad del Cobre.

San Lázaro, cuyo nombre se asocia con la resurrección, habita en la memoria de los cubanos, especialmente el 17 de diciembre, día en el que algunos de sus seguidores eligen cumplir promesas a través de actos simbólicos, como la autoflagelación. Este día, el morado y la tela de saco de yute se convierten en elementos representativos de la devoción hacia este santo, cuya figura se entrelaza con la lepra y la protección contra enfermedades.

En las afueras de La Habana, se erige el Santuario Nacional de San Lázaro, un espacio donde la fe se entrelaza con la historia. Más allá de los altares que honran a diversos santos, esta locación alberga una fuente cuyas aguas son consideradas milagrosas y curativas. Junto a la ermita, un hospital trata a pacientes con afecciones en la piel, recordando el pasado cuando era conocido como el Real Hospital de San Lázaro o Leprosorio San Lázaro.

Para entender la devoción a San Lázaro en Cuba, es crucial adentrarse en el sincretismo religioso que marcó la época colonial. La fusión entre las creencias cristianas y las tradiciones yoruba dio lugar a la dualidad de homenajes el 17 de diciembre: mientras algunos rinden tributo a San Lázaro, otros se inclinan ante Babalú Ayé. Aunque comparten puntos de convergencia, estas deidades poseen historias distintas, enriqueciendo la rica paleta espiritual de la isla.

Explorar la historia de San Lázaro en Cuba revela una conexión única entre lo divino y lo humano, entre la historia bíblica y las creencias afrodescendientes. Cada 17 de diciembre, la isla se sumerge en una espiritualidad vibrante, donde la figura de San Lázaro resuena en la devoción de sus seguidores, dejando una marca indeleble en la rica tapestry de la cultura cubana.