El BimBom de La Habana se convierte en una heladería “gourmet” y una simple bola de helado cuesta 220 pesos cubanos

Redacción

La reciente inauguración de Bueníssimo Soderia Gourmet en El Vedado, La Habana, ha causado un revuelo entre los residentes de la ciudad. Este nuevo establecimiento, ubicado en el lugar del antiguo BimBom cerca del Malecón, ha llamado la atención tanto por su elegante decoración navideña y su ambiente sofisticado, como por sus precios elevados.

Bueníssimo Soderia Gourmet, que comenzó vendiendo helados desde un carrito frente a su local en construcción, ahora se presenta como una experiencia gourmet con un diseño interior en blanco y negro y vitrinas que exhiben una variedad de tartas y postres. Sin embargo, lo que realmente ha generado comentarios es su estructura de precios, con una bola de helado a 220 pesos y algunos dulces llegando a costar hasta 700 pesos. Estos precios reflejan una creciente disparidad económica en Cuba, donde el costo de tales delicias está fuera del alcance de muchos ciudadanos.

A pesar de la alta calidad y la variedad de sabores únicos como stracciatella y amareto, Bueníssimo Soderia Gourmet parece estar dirigido a un segmento específico de la población, compuesto principalmente por la élite económica y turistas. Este fenómeno es indicativo de un cambio en la estructura social y económica de La Habana, donde el lujo y la exclusividad de ciertos productos contrastan fuertemente con la realidad económica de la mayoría de los habitantes.

Las opiniones de los clientes son variadas: algunos elogian la calidad y originalidad de los productos, mientras que otros se muestran sorprendidos y descontentos por los altos precios. Aunque la heladería representa un esfuerzo por revitalizar la zona con una gestión privada, también simboliza un creciente abismo económico en una ciudad que históricamente se ha caracterizado por su igualdad y accesibilidad.

La apertura de Bueníssimo Soderia Gourmet es un reflejo de los cambios en La Habana, donde el lujo y la exclusividad comienzan a ser más evidentes, marcando una diferencia notable con la realidad económica de muchos de sus residentes.