Boxeador cubano Mario Kindelán revela los verdaderos motivos por los que quería vender su medalla de oro olímpica: «No tenía prácticamente nada para comer»

Redacción

El campeón olímpico cubano Mario Kindelán, en una entrevista reveladora con Play Off Magazine, compartió las dificultades y desafíos que enfrentó durante y después de su carrera en el boxeo. Actualmente entrenador en Baréin, Kindelán relató cómo esta oportunidad surgió tras años de negativas por parte del INDER (Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación) en Cuba.

Kindelán explicó que Baréin había intentado contactarlo durante más de siete años para ofrecerle un puesto como entrenador, pero el INDER respondía constantemente que no estaba calificado o disponible. “El INDER les preguntaba si querían a otro entrenador con experiencia, pero que yo no estaba localizable”, dijo Kindelán, describiendo su situación como una lucha casi constante contra los dirigentes deportivos cubanos.

A pesar de los desafíos, Kindelán expresó una profunda devoción por Fidel Castro, una razón clave por la que planea regresar a Cuba y por la que nunca abandonó una delegación cubana. Según él, Castro siempre se preocupó por los deportistas, y “todos los problemas” surgieron tras su muerte.

Kindelán se mostró crítico con el INDER, afirmando que nunca le interesó ni dependió de ellos. “Me veían como un estorbo, como un enemigo prácticamente”, afirmó. A pesar de los obstáculos, se considera a sí mismo un vencedor: “Mis peores enemigos, mis peores contrarios, los he tenido siempre en mi país, pero gracias a Dios siempre me he preparado muy bien para salir vencedor”.

El exboxeador también habló sobre la venta de su medalla olímpica de Sydney 2000, una decisión tomada en un momento de necesidad económica y personal. “La vendí porque era mejor tener cuatro o cinco pesos para poder comer que desertar”, explicó.

Además, Kindelán reveló que muchos de sus premios fueron robados del Museo del INDER en Holguín, y nadie intervino para recuperarlos. Sin embargo, ha logrado recuperar la mayoría por su cuenta. Recientemente, intentó vender otra medalla a un antiguo rival, quien en cambio le regaló el dinero para que la conservara.

Sobre su actual posición en Baréin, Kindelán indicó que finalmente fue contactado directamente a través de internet, lo que le permitió obtener el trabajo que durante años le fue negado en su país natal.