En las bulliciosas calles de Tapachula, México, José Ángel, un joven migrante cubano, ha hallado en la música más que una pasión: es su medio para sobrevivir en una ciudad lejos de su hogar.
José Ángel, como prefiere ser conocido, comparte que desde su llegada a Tapachula, Chiapas, su deseo de cantar lo impulsó a buscar oportunidades. Inicialmente, probó en bares, pero descubrió que el semáforo del Parque del Centenario ofrecía un escenario más generoso.
«Acá en Tapachula, desde que llegué, quise cantar. Me compré la bocinita y empecé a cantar primero en los bares, pero no tuve tanto éxito como en los semáforos», comparte José Ángel con el medio local Diario del Sur.
En este rincón de Chiapas, el joven migrante se presenta a diario, donde los automovilistas y transeúntes muestran mayor generosidad que en los bares locales. Esta decisión revela la dura realidad que enfrentan muchos migrantes, quienes encuentran en la música no solo una forma de expresión, sino también un sustento económico.
En su repertorio, José Ángel incorpora canciones del género ranchera, especialmente de Vicente Fernández y Pepe Aguilar. Además, confiesa su admiración por el cantante panameño Makano, demostrando la diversidad cultural y musical que caracteriza a los migrantes.
Historias como la de José Ángel subrayan la resiliencia de los migrantes frente a desafíos significativos, desde la búsqueda de empleo hasta la adaptación a una nueva cultura. Estas experiencias reflejan la fortaleza y la voluntad de aquellos que buscan construir una vida mejor lejos de su lugar de origen.
El deseo de José Ángel de llegar a Estados Unidos es parte de un sueño compartido por muchos migrantes cubanos, quienes buscan oportunidades para mejorar su calidad de vida y superar las adversidades. Desde Estados Unidos, se conocen numerosos ejemplos de cubanos que, con determinación y perseverancia, han logrado establecerse y prosperar.
En un video reciente, se muestra a un cubano en Florida ganándose la vida vendiendo frutas con una carretilla. La creatividad y la dedicación de estos migrantes son admirables, y sus historias inspiran a aquellos que buscan una vida mejor en tierras lejanas.