En la transitada calle Sán Lázaro de La Habana, un trágico suceso se desencadenó el miércoles pasado: un balcón se desplomó, sumiendo a la comunidad en la incertidumbre. Las impactantes imágenes compartidas por el periodista Mario J. Pentón revelan los escombros esparcidos por la arteria, testimonio silente de un evento que pudo haber tenido consecuencias fatales.
En medio de la tragedia, Pentón expresó su indignación al afirmar: «Esta es la auténtica #Cuba. Mientras algunos prosperan, otros ven desmoronarse lo poco que poseen». Un lamento que resuena en las redes sociales, destacando las disparidades económicas que aquejan a la isla caribeña.
El reportero continúa su denuncia, señalando la ironía de considerar a Cuba como un «mercado cautivo» según empresarios y economistas. El uso del hashtag #cubaduele subraya la realidad dolorosa y olvidada por aquellos que ven a la isla desde perspectivas más privilegiadas.+
En un giro impactante, se revela que los vecinos del edificio siniestrado alertaron a las autoridades locales sin obtener respuesta. Un vecino expresó su frustración al declarar: «Se ha llamado a las autoridades y nadie ha respondido. Como siempre, el gobierno no representa al pueblo».
La desesperanza se refleja en estas palabras, delineando la desconexión percibida entre los ciudadanos y las instituciones gubernamentales. Mientras algunos recogen los escombros por cuenta propia, la sensación de abandono persiste, agravando la tragedia.
Este incidente evoca recuerdos sombríos de otro derrumbe fatal ocurrido en septiembre pasado, donde perdió la vida Jorge Luis Jorrin Guides, de 54 años. El lugar del siniestro, Compostela No. 913, se convirtió en un escenario desgarrador donde los bomberos y la Policía Nacional Revolucionaria llevaron a cabo intensas labores de rescate.
La ciudad aún se recupera de las cicatrices dejadas por ese evento, y el reciente desplome del balcón en Sán Lázaro no hace más que avivar el temor y la angustia en la comunidad. Este incidente plantea preguntas incómodas sobre la seguridad estructural y la capacidad de respuesta de las autoridades, creando una sombra persistente sobre la confianza ciudadana en el gobierno.