Tras un periodo de cierre, el emblemático Coppelia de La Habana ha reabierto sus puertas, pero los ciudadanos reportan que lo único que ha regresado a la normalidad son las largas colas. Según el medio independiente 14yMedio, la reapertura ha sido objeto de críticas por la lentitud en el servicio y la escasa variedad en el menú.
A pesar de la anticipación generada por el retorno de la “catedral del helado”, los clientes se han topado con porciones más pequeñas y huecas del helado Palmeto, que se vende a 65 pesos la bola. Desde la entrada, los empleados advierten a los clientes: “hay helado, pero no hay dulces”.
En redes sociales, usuarios han compartido imágenes de las interminables filas, destacando la falta de opciones recreativas en la ciudad para niños y familias.
La heladería había cerrado previamente debido a la escasez de ingredientes esenciales como la leche y el azúcar. Algunos clientes han comentado que, tras el periodo de inactividad, el personal parece haber perdido la noción del servicio al cliente. Una anciana citada por 14yMedio comentó: “Con tantos días sin trabajar, es lógico que ni se acuerden”.
Un empleado de la fábrica de helados reveló a 14yMedio que la calidad del helado había disminuido significativamente en los últimos meses. Durante la Cumbre del G-77 en La Habana, se produjo una edición limitada del helado Coppelia para invitados especiales y hoteles, y la fábrica fue militarizada para prevenir el robo del producto.
Actualmente, los cubanos deben pagar 65 pesos por una bola del helado Palmeto, ligeramente mejor que el ofrecido anteriormente, pero disponible solo en el salón Cuatro Joyas, un área exclusiva de Coppelia dedicada al Ballet cubano.
En enero, Coppelia también cerró por falta de materias primas, reflejando la escasez general en la isla. Los clientes han reportado largas filas, mal servicio, falta de agua fría y venta clandestina de helado en el pasado, evidenciando los desafíos continuos que enfrenta este icónico establecimiento.