El conocido periodista y presentador cubano, Randy Alonso Falcón, fue captado inesperadamente en las pantallas de televisión recibiendo retoques de maquillaje durante una transmisión en vivo de una Mesa Redonda sobre el tema de las drogas en Cuba.
Debido a un fallo técnico en la mesa de control de los estudios de Televisión Cubana, las cámaras se activaron accidentalmente, mostrando a Randy siendo maquillado durante un intervalo aprovechado para la emisión de un segmento grabado.
Es habitual que los presentadores y los invitados a programas en directo aprovechen los cortes comerciales o las pausas para realizar ajustes en su apariencia, pero es raro que errores técnicos expongan estos momentos íntimos al público.
Este incidente ocurrió el martes 28 de noviembre, un día que quedará marcado en la historia de la televisión revolucionaria cubana por la inusual imagen de Randy Alonso siendo atendido por una maquilladora. La profesional aplicó polvo en su cabeza con delicadeza, generando una expresión de satisfacción en el rostro del presentador.
Al parecer, el director de la Mesa Redonda decidió aprovechar la pausa para disminuir el brillo en la cabeza calva de Randy, causado por los focos del estudio. Sin embargo, un error inesperado en la mesa de control hizo que las cámaras captaran a Randy en pleno proceso de maquillaje, mostrando una expresión de total complacencia.
Por unos tres segundos, la audiencia pudo observar al periodista con los ojos cerrados y una leve sonrisa, mientras una joven le aplicaba maquillaje con un pincel grueso sobre su cabeza.
El activista Edmundo Dantés Junior no tardó en comentar el suceso en Facebook, donde compartió un clip del incidente, provocando una ola de comentarios humorísticos y sarcásticos.
Algunos usuarios hicieron comentarios jocosos sobre la inutilidad del maquillaje en esa situación, mientras que otros hicieron bromas relacionando la escena con el tema del programa sobre drogas.
Un observador agudo concluyó que la expresión de Randy mientras recibía los retoques con “la brochita” era digna de un poema, sugiriendo que reflejaba un placer inmenso, mientras especulaba sobre el tipo de pelo utilizado en el pincel de maquillaje.