Innovación en la crisis: La nueva cocina cubana responde a la escasez con chicharrones de yuca

Redacción

En medio de la aguda crisis alimentaria que atraviesa Cuba, los ciudadanos se reinventan en la cocina, dando origen a lo que se conoce como la “nueva cocina cubana”. Un ejemplo destacado en este recetario de la escasez son los chicharrones de yuca, una propuesta ingeniosa para hacer frente a la falta de ingredientes tradicionales.

En un grupo en línea llamado “Recetas desde el corazón”, una usuaria compartió su experiencia culinaria con los chicharrones de yuca, destacando la creatividad y el amor dedicado a estas nuevas recetas. La cáscara de yuca, antes destinada a los cerdos, se ha convertido en un ingrediente clave en la mesa cubana.

“Espero que todos estemos desarrollando nuestra cocina criolla con todas estas recetas tan originales y hechas con mucho amor para el disfrute de la familia”, expresó la usuaria. El proceso implica pelar la yuca, retirar la telita oscura de la cáscara, hervirla para ablandarla y luego freírla en aceite caliente hasta obtener unos chicharrones deliciosos.

La creatividad en la cocina se convierte en una respuesta práctica a la crítica escasez de alimentos en Cuba. La usuaria compartió su experiencia de preparar los chicharrones de yuca, destacando su delicioso sabor y la ventaja de no utilizar grandes cantidades de aceite. La sugerencia es disfrutarlos con pastas, mayonesa o mantequilla, haciendo de este plato una opción económica y sabrosa.

La escasez también ha llevado a medidas extremas, como se evidenció en el consejo popular Los Pinos, donde una familia transformó semillas de mamoncillo en un sustituto para los tradicionales frijoles colorados. En un video compartido por Cubanet, se observa al padre de familia machacando y hirviendo las semillas de mamoncillo, imitando la preparación de los frijoles. Esta mezcla se sirve con arroz, representando una solución creativa para enfrentar la falta de alimentos.

La “nueva cocina cubana” no solo es una respuesta a la escasez, sino también un testimonio de la resiliencia y la capacidad de adaptación de la población cubana. A través de estas recetas, los cubanos encuentran formas innovadoras de mantener viva la tradición culinaria, incluso en tiempos difíciles. La cocina, en este contexto, se convierte en un medio para unir a las familias y enfrentar juntos los desafíos de la escasez alimentaria.