El 19 de noviembre, en Santiago de Cuba, se produjo un trágico suceso que conmocionó a la comunidad local. Juan Francisco Cabrera, un respetado residente de 75 años, fue brutalmente asesinado en su propio hogar.
Liset Cabrera, hija de la víctima y actual residente en Estados Unidos, compartió con Cubanet detalles escalofriantes sobre el crimen, perpetrado por dos jóvenes del vecindario, conocidos de la familia desde su nacimiento.
La joven narró cómo, en una tranquila tarde de domingo, alrededor de las 12:30, mientras su padre disfrutaba de la televisión en su casa con la puerta abierta, Darío López y Fray Alberto, de 18 y 20 años respectivamente, irrumpieron en la vivienda y cometieron el atroz asesinato. Juan Francisco, quien se encontraba simplemente descansando en su sillón, fue atacado con múltiples puñaladas y despojado de un ojo, en un intento de robarle una manilla y un anillo de oro.
Liset recordó con amargura cómo Fray Alberto, uno de los asesinos, había conversado amigablemente con ella a través de una videollamada el día anterior, incluso hablando de futuras celebraciones en el barrio cuando ella visitara Cuba. «Horas después de esa charla, él entró en mi casa y mató a mi padre por unas joyas», lamentó la joven, quien estaba en proceso de reunificar a su familia para llevar a su padre a Estados Unidos.
Durante el ataque, Juan Francisco gritó pidiendo ayuda, y varios vecinos acudieron en su auxilio, intentando derribar la puerta para entrar. Entre ellos estaba el padre de uno de los agresores, desconociendo que su hijo estaba implicado en el crimen.
Liset, devastada, exigió justicia y lanzó un llamado a los cubanos para que no recurran a la violencia contra sus propios vecinos. «Si van a cometer un delito, que sea contra un banco o las casas de los dirigentes, que son los responsables de la miseria en el país», declaró.
Este incidente se suma a una creciente ola de crímenes en Cuba, donde cada vez es más frecuente la implicación de adolescentes y jóvenes. Recientemente, la policía informó que dos adolescentes de 15 años estuvieron involucrados en el brutal asalto a un camillero en Camagüey.