En La Habana, el viernes, se anunció el fallecimiento del respetado profesor Ángel Pérez Herrero por el Departamento de Historia de la Universidad local.
A través de una emotiva publicación en redes sociales, la vida del querido panelista de «Escriba y Lea» fue recordada, programa que lo consagró ante el pueblo cubano durante décadas, ganándose su respeto y admiración.
Nacido el 8 de mayo de 1942 en La Habana, Cuba, Ángel Pérez Herrero dejó un legado significativo en la educación y cultura cubanas. A lo largo de su vida, desempeñó roles diversos como maestro, conferencista, historiador y escritor. Licenciado en Pedagogía y Ciencias Jurídicas, su impacto se extendió desde su labor como maestro rural hasta su destacado papel como director de literatura en la Comisión de Extensión Universitaria.
La Universidad de La Habana fue testigo de su dedicación, donde no solo impartió enseñanzas sino también se destacó como historiador. Su influencia no se limitó a las fronteras cubanas, ya que brindó su conocimiento educativo en países como Sao Tomé y Príncipe, Cabo Verde, México y Guatemala, así como en diversos eventos internacionales.
En el comunicado de duelo dedicado al intelectual, se resalta su contribución literaria con obras notables como «Ramón López Velarde y Octavio Smith: Trayectorias Poéticas» y «Unión Soviética: Política, Arte y Literatura».
Ángel Pérez Herrero fue un receptor de numerosos reconocimientos a lo largo de su carrera, destacándose la Medalla José Tey y la Distinción Rafael María de Mendive, ambos testimonios de su ejemplar contribución a la educación cubana.
La triste noticia fue acompañada por las condolencias del Departamento de Historia de la Universidad de La Habana, que expresó su profundo pesar y extendió sentimientos de apoyo a los familiares, amigos y colegas del fallecido profesor. En sus palabras, destacaron que «su legado perdura a través de las generaciones de historiadores que fueron formados por él, marcando de manera indeleble la historia y la cultura cubanas con su apasionada enseñanza y dedicación a la difusión de los valores históricos, culturales y artísticos de la nación».
La comunidad educativa y cultural lamenta la partida de este ilustre maestro, cuyo impacto seguirá resonando en las aulas y corazones de quienes tuvieron el privilegio de conocer su enseñanza. Su contribución perdurable deja un vacío irremplazable en la educación cubana.