El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, junto con su esposa Lis Cuesta y el primer ministro Manuel Marrero, lideraron una marcha en La Habana en apoyo a Palestina. Durante el evento, los líderes cubanos y los participantes mostraron su solidaridad llevando keffiyehs palestinos, un pañuelo que simboliza la resistencia del pueblo palestino y que ha adquirido un significado político y cultural en los últimos años.
Díaz-Canel aprovechó la ocasión para criticar al gobierno de Estados Unidos, acusándolo de apoyar a Israel en lo que él describe como un «genocidio en Palestina». Estas declaraciones reflejan la postura del régimen cubano, que históricamente ha mostrado su alianza con Palestina y el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás).
La marcha, que se extendió desde la intersección de Calle G y Malecón hasta La Piragua en La Habana, contó con la presencia de jóvenes palestinos y cubanos, así como de otros asistentes que llevaban pullovers con propaganda política en apoyo a Palestina.
Raúl Alejandro Palmero, primer secretario del Comité Provincial de la Unión de Jóvenes Comunistas en La Habana, también tomó una postura firme contra Israel en su discurso al finalizar la marcha. Palmero argumentó que la guerra no comenzó en octubre, cuando Israel fue atacado por fuerzas de Hamás, sino que es un conflicto que se ha prolongado durante 75 años, con un saldo de más de 120,000 vidas perdidas y la apropiación de más del 78% del territorio palestino.
Este evento y las declaraciones de los líderes cubanos reafirman la posición del régimen cubano en el conflicto palestino-israelí, condenando lo que consideran «crímenes de guerra perpetrados por Israel y el imperialismo».