La doctora Suzann Rivas, residente en Estados Unidos, ha compartido un mensaje desgarrador en sus redes sociales tras la condena de varios de sus colegas médicos en la isla. “Luego nos preguntan por qué nos fuimos, por qué abandonamos el barco, por qué dejamos atrás la carrera de nuestras vidas, y más que eso, nuestras familias, arriesgándonos a perderlos en la espera del reencuentro”, expresó con dolor.
En sus palabras, la Dra. Rivas no solo expone la difícil decisión de abandonar su país, sino también cuestiona el entorno profesional en Cuba. “De estos brillantes doctores, conozco al menos a dos, y estoy segura de su competencia como profesionales, y de su calidad como seres humanos, este es el precio de quedarse en Cuba, este es el precio de perseguir nuestros sueños en un país dirigido por gente mediocre”, añadió, revelando la frustración y el desencanto que muchos profesionales de la salud experimentan en la isla.
La médica también apunta a la injusticia del sistema, destacando que son los médicos quienes enfrentan consecuencias por situaciones que no están bajo su control. “Hoy quieren ajusticiar a estos colegas, por cosas que son tu responsabilidad y de nadie más, somos médicos, no magos; son ustedes los que tienen que ser llevados a un juicio, por tanto daño que han hecho y siguen haciendo”, denunció con firmeza.
La Dra. Rivas no escatima críticas hacia el gobierno cubano, expresando su repulsión: “Que asco de gobierno, que gentuza tan repugnante, que asco tan grande les tengo; espero que Dios no tenga misericordia con ninguno”, concluyó, revelando la profunda herida que estas experiencias han dejado en quienes han optado por el exilio.
En otra parte del mundo, el doctor exiliado Alexander Jesús Figueredo Izaguirre arroja luz sobre la situación al denunciar un juicio amañado en el que cinco cirujanos recibieron una condena de dos años, mientras que el Dr. Ristian Solano enfrenta tres años. “La fiscal sentenció a 2 años a 5 médicos y 3 años al Dr. Ristian Solano. Ya tengo todo el caso desde que el paciente llegó al hospital y hasta que falleció. Y tengo todos los elementos amañados del juicio”, afirmó Figueredo Izaguirre, resaltando la falta de transparencia en el proceso legal.
El llamado del médico exiliado es claro: “Todos los pacientes que han sido atendidos por estos médicos y todos los que se dicen colegas y amigos, llegó la hora de hacer valer las palabras con hechos”. Este clamor resuena como un eco de la necesidad de solidaridad y justicia para aquellos que han dedicado sus vidas a cuidar de los demás, pero que se ven obligados a enfrentar persecuciones injustas en su propia tierra.
