La situación alimentaria en Cuba enfrenta un panorama desafiante, especialmente en lo que respecta a la distribución de productos básicos como el pollo y la carne de res. Estos alimentos, esenciales en la dieta de muchos hogares cubanos, se han convertido en un recurso escaso y su disponibilidad está sujeta a la capacidad del régimen de importarlos o producirlos localmente.
El pollo, distribuido a través de la libreta de racionamiento, y la carne de res, destinada principalmente a niños y adultos con dietas médicas, se venderán en lo que resta del año solo si el régimen logra asegurar su importación o producción. Esta incertidumbre se suma a la ya difícil situación económica que enfrentan los cubanos, con precios elevados de carnes como la de cerdo y res, inaccesibles para muchos debido a la precaria situación financiera.
Este anuncio llega en un momento crítico, marcado por una caída significativa del 66% en las exportaciones de pollo de EE.UU. a Cuba en septiembre. En un intento por calmar la creciente preocupación de la población, la Mesa Redonda de la Televisión Cubana anunció la distribución de otros productos básicos como arroz, chícharos, café y azúcar, aunque algunos de estos debían haberse entregado hace dos meses.
La grave situación de los productos de la canasta básica regulada se ve agravada por el hecho de que muchos de ellos están disponibles en la isla gracias a donaciones de organismos internacionales como el Programa Mundial de Alimentos y de gobiernos aliados del régimen cubano, cuyos nombres no fueron especificados. Esta dependencia de la ayuda externa refleja la profundidad de la crisis alimentaria que enfrenta Cuba.