En medio de la aguda crisis alimentaria que azota a Cuba, los ciudadanos se ven obligados a adoptar estrategias dramáticas para satisfacer sus necesidades básicas de alimentación. Un ejemplo conmovedor de esta situación es el de una familia en Los Pinos, municipio Banes, Holguín, que recientemente cocinó un «potaje» utilizando semillas de mamoncillo, una medida desesperada ante la escasez de alimentos.
El medio independiente Cubanet reveló esta historia, publicando un video que muestra el proceso de elaboración de este inusual plato. La familia machaca las semillas del fruto, las hierve y las sazona, intentando imitar el sabor de los frijoles, un alimento básico ahora inaccesible para muchos debido a su alto costo.
El padre de la familia, encargado de la cocción, expresó su frustración: “Mira lo que tienen que hacer los cubanos de a pie, mientras que la cúpula del gobierno se alimenta comiendo langosta y buenas comidas… y diciéndole al pueblo que se esfuerce”. Una vez terminado, el «potaje» se sirvió con arroz blanco, y los comensales confirmaron que, aunque no era lo ideal, recordaba al sabor del frijol colorado.
Este incidente contrasta fuertemente con eventos como “Le Dîner en Blanc” en La Habana, que proyectan una imagen de desconexión total del gobierno con las realidades cotidianas de la población. La llamada «creatividad» promovida por el régimen como respuesta a la crisis choca con la dura realidad de una canasta básica reducida y el esporádico suministro de proteínas animales.
Las redes sociales se han convertido en un espacio para denunciar estas condiciones, reflejando la frustración y el descontento de la población ante la falta de respuesta efectiva de las autoridades. Recientemente, un cubano denunció en redes sociales que lo único que había llegado a las bodegas de Banes era una libra de azúcar por persona, cuestionando la retórica gubernamental sobre la provisión de una «canasta familiar».
Estas quejas confirman el desfase creciente entre la retórica gubernamental y la realidad cotidiana de los cubanos, quienes enfrentan una crisis que parece no tener fin. El potaje de semilla de mamoncillo es un acto desesperado y una metáfora amarga de la realidad cubana, donde la inventiva para combatir el hambre recuerda los duros años del Período Especial.