El Ministerio del Interior de Cuba (MININT) ha informado recientemente sobre la imputación de 18 personas en relación con una serie de robos de motos eléctricas y de combustión en La Habana. Esta noticia surge en un contexto de creciente preocupación por la seguridad en la capital cubana.
Según una publicación en el perfil de Twitter del MININT, los órganos de enfrentamiento al delito han logrado esclarecer 21 casos de robo con fuerza o violencia de estos vehículos, recuperando 18 ciclomotores, incluyendo motos eléctricas, de combustión y triciclos, así como diversas partes y piezas. Las 18 personas imputadas se encuentran actualmente en prisión provisional.
Un reportaje de la televisión oficialista destacó el «trabajo efectivo de la policía» en el enfrentamiento a este tipo de delitos, que han sido catalogados como de «atención priorizada». Sin embargo, el informe también reconoce que el robo de vehículos es un problema en aumento en la sociedad cubana, la cual enfrenta una profunda crisis.
Los delincuentes implicados en estos robos han utilizado armas y objetos contundentes para cometer los delitos, siendo Cerro y Boyeros las localidades más afectadas. A pesar de que la propaganda oficial asegura que «Cuba es segura», estos incidentes reflejan un creciente peligro al circular en motos por las calles de La Habana.
Casos recientes han aumentado la alarma entre los ciudadanos. Por ejemplo, el pasado 25 de octubre, un enfermero fue asaltado en Guanabacoa, perdiendo su moto eléctrica. La víctima denunció la falta de resultados en la investigación, a pesar de los continuos reportes de asaltos, lesiones e incluso muertes.
Otro incidente involucró a un hombre que fue asaltado por cuatro individuos que le robaron su moto en La Habana. Tres meses después del atraco, la policía aún no le ha proporcionado información sobre su vehículo.
Además, a finales de octubre, un joven cubano fue asesinado en La Habana durante un robo de moto, un suceso que ha conmocionado a la comunidad, especialmente porque ocurrió mientras su pareja estaba a punto de dar a luz en un hospital cercano.
Estos sucesos han generado una creciente preocupación entre los habitantes de La Habana y han puesto en tela de juicio la efectividad de las medidas de seguridad implementadas para combatir este tipo de delitos.