La activista cubana Diasniurka Salcedo Verdecia, conocida por su defensa apasionada de la infancia y su creatividad, ha encontrado una manera especial de llevar el espíritu navideño a los niños en Cuba. En un país donde el costo de un árbol de Navidad es prohibitivo para muchas familias, Salcedo Verdecia ha improvisado una solución conmovedora y accesible.
A través de las redes sociales, la activista compartió su iniciativa de decorar una simple rama para convertirla en un árbol de Navidad. Esta idea surgió como respuesta a los altos precios de los árboles navideños en la isla, que pueden llegar a costar hasta 6000 pesos, un gasto inalcanzable para la mayoría de las madres cubanas.
“Mamis, yo sé que la situación está difícil, pero sé que muchas como yo viven las ilusiones de nuestros hijos”, expresó Salcedo Verdecia. Su mensaje resonó entre sus seguidores, quienes reaccionaron positivamente a las imágenes del árbol improvisado. “Todo por ellos… Bendiciones para ti”; “Uff, pero así se ve mucho más lindo”, fueron algunos de los comentarios que recibió.
El gesto de Salcedo Verdecia cobra especial significado en un contexto donde la celebración de la Navidad con árboles tradicionales no es común en los hogares cubanos. A pesar de que en 2022 se encendió un árbol de Navidad en el céntrico parque Fe del Valle en La Habana, sorprendiendo a muchos, la realidad es que en las casas de los cubanos de a pie, esta tradición es rara.
El locutor, guionista y director radial Jorge Luis Michelena expresó su sorpresa al ver el árbol en el parque Fe del Valle: “¡Cierto! El primer árbol de Navidad público que veo tras 53 años de vida…”. Este evento, aunque inusual, muestra un creciente interés en la celebración de la Navidad en la isla.
La iniciativa de Salcedo Verdecia no solo demuestra creatividad y amor por los niños, sino también un espíritu de resistencia y adaptación frente a las dificultades económicas. Su árbol de Navidad improvisado es un recordatorio de que el verdadero espíritu de la Navidad reside en la capacidad de encontrar alegría y esperanza, incluso en las circunstancias más desafiantes.