Amelia Calzadilla rompe el silencio y cuenta los motivos por los que tuvo que salir de Cuba junto a sus hijos y su esposo

Redacción

Amelia Calzadilla, la madre cubana que se hizo conocida por sus contundentes críticas en redes sociales contra la dirigencia de Cuba, ha revelado que su decisión de abandonar el país fue para buscar una mayor estabilidad emocional y psicológica para sus hijos y su familia.

«La razón principal es ofrecerles a mis niños y a mi familia un entorno más estable, tanto emocional como psicológicamente. He enfrentado una gran presión social por mis publicaciones directas, y también presión judicial, ya que recibí amenazas. En esas circunstancias, te das cuenta de que no puedes protegerte a ti mismo y que nadie más lo hará», expresó Calzadilla en una entrevista con el cineasta cubano Ian Padrón para su programa «Derecho a Réplica».

Recién llegada a España hace tres días, en su primera entrevista desde el extranjero, Amelia explicó que lo que la protegió de acciones judiciales fue el apoyo popular a sus publicaciones y la atención de la prensa independiente.

«No tenía intenciones de ser una opositora o activista, ni buscaba reconocimientos. Pero, aunque no los llames dictadores, estás exponiendo problemas que hemos arrastrado durante mucho tiempo», compartió desde Madrid.

Al ser consultada sobre si se considera una opositora, recordó una conversación con el locutor Ernesto Morales, quien le dijo: «No importa cómo te veas tú, sino cómo te ven ellos, y para ellos eres una opositora». Desde entonces, dejó de etiquetarse.

Calzadilla opina que el principal enemigo del régimen son sus propias políticas y el discurso que ha perdido toda credibilidad ante el pueblo.

«Simplemente soy una madre cubana, como muchas otras, que no puede seguir viviendo en un país donde sus hijos sufren y enfrentan peligros, lidiando con realidades que no deberían. Hay muchas madres como yo que desearían expresarse como lo hice», enfatizó.

Sobre la primera publicación que la catapultó al centro de la atención pública y la represión del régimen, Amelia relató cómo esta influencia mediática afectó la dinámica familiar.

«Mi madre se encargaba del gas, pero es cardiópata y, con el Covid-19, como era vulnerable, me hice cargo. El día de la publicación explosiva, fui a hacer trámites y el detonante fue cuando me dijeron que no podían ampliar la red y solo reemplazarían tuberías dañadas. Estaban priorizando un reporte en una secundaria que llevaba más de un año», explicó.

Tras su aparición en redes, y las amenazas y hasta un encarcelamiento, su vida cambió drásticamente.

«Tu vida se transforma, la presión es enorme, y se convierte en un tormento tras otro. Antes de las publicaciones, ya no trabajaba. Dejé mi trabajo el 11 de julio y trabajaba como traductora freelance, lo que me permitía subsistir. Pero después de las publicaciones, ya no pude seguir con ese trabajo porque la gente tenía miedo de contratarme, pensando en volver a Cuba», detalló.

Al final de su mensaje, reconoció el enorme peso que llevan las mujeres cubanas en sus hombros, enfrentando presiones sociales, económicas y hasta educativas.

También abogó por la necesidad de una prensa independiente y libre del discurso del poder.

Amelia había compartido en su Facebook un mensaje a su amigo Nelson Álvarez «El Porfiao» –el padre que permitió que su hijo de siete años se fuera de Cuba–, diciendo que llevaba dos días en otro país, sin especificar cuál.

«Aún no tengo acceso a internet porque no llevo ni 48 horas en este país, pero tan pronto como lo tenga, agradeceré debidamente el apoyo y cariño de todos», dijo la joven el jueves.

El Porfiao le dedicó un emotivo texto de despedida, lamentando su partida.

«Tu ausencia se sumará a la interminable lista de cosas que laceran mi alma, serás un vacío más, y habrá un luto inevitable en mi corazón», escribió.