La situación en Villa Clara, Cuba, es un reflejo de la crisis alimentaria que afecta a la isla, con un impacto directo en la nutrición de los niños. La falta de leche, un alimento esencial en la dieta infantil, ha sido reportada por la emisora CMHW, destacando la gravedad del asunto al señalar que más de 4,000 ganaderos no han cumplido con las entregas a la industria láctea. Esta situación ha llevado a que, desde el domingo, las madres no puedan adquirir el litro de leche destinado a los niños de cero a siete años, que se distribuye a través del sistema de racionamiento.
El reportaje de Abel Falcón pone de manifiesto que los 13 municipios de la provincia están sufriendo la escasez, y el abasto del vital líquido para los infantes está seriamente comprometido. La Empresa Provincial de Productos Lácteos, que debería distribuir 46.024 litros de leche diarios para cubrir las necesidades de los niños, las dietas especiales y las embarazadas, se encuentra paralizada por la falta de materia prima.
La crisis se atribuye a varios factores. Por un lado, los productores locales no están cumpliendo con las cuotas establecidas, con un número significativo de ellos que no ha entregado ni un litro de leche en el mes en curso. Aunque el gobierno paga 20 pesos cubanos por litro, el aumento de los costos de los insumos tras el «ordenamiento monetario» ha hecho que la producción de leche no sea rentable para los ganaderos. Muchos prefieren vender la leche en el mercado informal o producir derivados lácteos como queso y yogur, que ofrecen un mayor margen de ganancia.
Además, la delincuencia en el campo ha exacerbado el problema, con bandas criminales que sacrifican el ganado para vender su carne, reduciendo aún más la disponibilidad de leche. A esto se suma la crisis energética que afecta la capacidad de las industrias para procesar y distribuir la leche, ya que dependen de un suministro eléctrico que actualmente es inestable.
La combinación de estos factores ha resultado en una situación crítica que afecta a los más vulnerables de la sociedad cubana, los niños, y pone de manifiesto los desafíos estructurales que enfrenta el país en su sistema de producción y distribución de alimentos.