El régimen cubano, que durante 64 años ha tenido el monopolio sobre la gestión de cines, videoclubes y demás espacios culturales dedicados a la proyección de contenidos audiovisuales, ha iniciado el proceso de traspaso de estas instituciones al ámbito privado.
El pionero en esta transición es el icónico Cine Encanto en Camagüey, que actualmente está en proceso de ser licitado al sector privado, tal como se detalla en un anuncio del Centro Provincial de Cine. El comunicado, publicado en Facebook, invita a artistas y emprendedores locales a presentar propuestas de proyectos socioculturales.
Ubicado en el corazón de Camagüey, en la calle Ignacio Agramonte 410, el cine deberá continuar con su función principal de proyectar películas bajo la nueva gestión. Sin embargo, se espera que el gobierno tenga una fuerte influencia en la selección de contenidos, en un esfuerzo del Partido Comunista de Cuba (PCC) por evitar lo que denominan “colonización cultural”, refiriéndose a películas que, según ellos, promocionan valores capitalistas.
Para motivar a los interesados, se les anima a visitar las instalaciones y observar las áreas disponibles para diversos usos. Los proyectos presentados deben incluir un diseño de la nueva imagen y un desglose del presupuesto estimado para la inversión. El anuncio destaca que esta iniciativa es una oportunidad para revitalizar un espacio en línea con la política pública de promover una mayor participación ciudadana en la cultura audiovisual.
El plazo para presentar propuestas finaliza el 15 de noviembre, y aquellos interesados pueden obtener más detalles contactando a los números proporcionados. La directora del Centro Provincial de Cine, Yenisleydi Sáez Flores, firmó la convocatoria y enfatizó que todo el proceso seguirá las normativas legales para garantizar transparencia y equidad entre los participantes.
Cabe recordar que hace diez años, en 2013, el gobierno cerró los cines 3D que algunos emprendedores habían inaugurado, ofreciendo la experiencia de ver películas en tercera dimensión. Estos espacios privados generaron preocupación en el PCC debido a la falta de control sobre el contenido proyectado. Estas medidas fueron vistas como un paso atrás en los intentos de liberalización económica que se estaban llevando a cabo bajo la administración de Raúl Castro.