En días recientes, la ciudad de Miami, en Estados Unidos, se convirtió en el nuevo destino del polémico Jorge Luis Batista, reconocido corresponsal de Radio Reloj y destacado vocero del régimen cubano.
La noticia fue confirmada por el periodista cubano Ernesto Morales, quien señaló que Batista podría estar de visita en esta nación.
«Increíble: Un conocido COMUNISTA aterriza en Miami», expresó Morales al reportar la llegada de Batista a la ciudad, haciendo hincapié en su estrecha vinculación con el régimen cubano.
Ernesto Morales no escatimó en sus comentarios al describir a Batista como un «apasionado defensor de la dictadura cubana» y llegó a calificarlo como un «comunista ferviente y comprometido». Además, mostró publicaciones de Batista realizadas desde Estados Unidos en las que respaldaba la dictadura cubana y se oponía al embargo impuesto por Estados Unidos.
El periodista cubano subrayó la amistad de Batista con varios líderes comunistas y destacó su firme apoyo al sistema cubano, presentando fotografías de Batista junto a influyentes figuras de la cúpula gubernamental en Cuba.
Morales expresó su indignación por la presencia de Batista en Miami y la percepción de impunidad que esto genera en la comunidad cubana en el exilio. Comentó sobre la frustración que sienten los exiliados que han luchado por la libertad y cuestionó la capacidad de aquellos que apoyan el régimen cubano para mirar a los ojos a sus propios familiares.
En cuanto a las razones de la llegada de Batista a Miami, Morales mencionó que algunas fuentes sugieren que fue reclamado por su hija, mientras otras sostienen que se encuentra de visita en Estados Unidos.
La presencia de Batista en Miami generó una serie de reacciones en las redes sociales. Muchos seguidores de Morales expresaron su indignación y sorpresa ante la llegada de una figura tan controvertida al corazón del exilio cubano. Algunos de los comentarios reflejaron la sensación de impotencia y desencanto al ver a personas que apoyan el régimen cubano vivir en libertad en Estados Unidos.
«Qué impotencia se siente ver a personas así en el corazón del exilio cubano. Oh, my God», escribió uno de los seguidores. Otro comentó, «Toda esa gente se ríe a carcajadas de nosotros, los que vivimos en libertad. Lo único que me consuela es que ellos no tienen dignidad; no sé cómo pueden mirar a los ojos a sus hijos».