La Habana, una de las ciudades más emblemáticas de Cuba, ha sido testigo de una serie de cambios significativos en las restricciones que rodean la venta de culeros y toallitas húmedas. El Gobierno Provincial de La Habana ha anunciado recientemente nuevas medidas que afectarán la adquisición de estos productos esenciales para los residentes de la provincia.
Hasta la fecha, La Habana ha mantenido un sistema de regulación y control de productos de primera necesidad en los establecimientos de Tiendas Caribe y CIMEX, entre los que se incluyen los culeros y las toallitas húmedas. Este sistema requería que los compradores presentaran la Tarjeta de Menor y se anotara la compra en la Libreta de abastecimiento, todo ello con un carácter provincial.
Sin embargo, tras un análisis exhaustivo y en respuesta a las evaluaciones realizadas en los municipios, se ha tomado la decisión de eliminar el carácter provincial de estas restricciones. A partir de ahora, la venta de culeros y toallitas húmedas estará autorizada de manera controlada, con la presentación de la Tarjeta de Embarazada a partir de la semana número 26, o de la Tarjeta del menor hasta los 2 años, 11 meses y 29 días. Además, será necesario anotar la compra en la Libreta de abastecimiento en el municipio donde reside o compra el interesado, según corresponda.
Por otro lado, se ha decidido mantener la regulación que permite la venta de un máximo de dos paquetes de culeros y una de toallitas húmedas, ajustando la frecuencia de acuerdo con los inventarios disponibles.
Una de las novedades más destacadas es la facultad otorgada a los Consejos de la Administración Municipal para evaluar y decidir la venta a otros segmentos de la población que se encuentren asociados a enfermedades crónicas y agudas que requieran estos productos. Para ello, se insta a que se transmita esta indicación a todos los responsables de establecimientos a través de las estructuras pertinentes.
Las medidas mencionadas en la carta, que está firmada por Julio A. Martínez Roque, coordinador de objetivos del Gobierno de La Habana, entrarán en vigor a partir del próximo 1 de noviembre de 2023.
Estas nuevas regulaciones han generado diversas opiniones entre los cubanos. Algunos expresan su descontento, argumentando que «primero compran los revendedores y si queda, entonces los que realmente lo necesitan.» Otros comentan con cierta ironía que «somos el país de las medidas.» Sin embargo, es importante destacar que estas medidas buscan asegurar una distribución más equitativa y eficiente de estos productos esenciales en la provincia.
