Anciana cubana con 65 años en su espalda vende cigarros para poder sobrevivir: «Esto no hay quien lo aguante»

Redacción

Heriberta Herrera Leyva, una mujer cubana de 65 años, enfrenta una situación que lamentablemente es común para muchos de sus compatriotas. A pesar de haber alcanzado la edad de jubilación, la insuficiencia de su pensión la ha obligado a continuar trabajando y, además, vender cigarros y confituras en sus días libres para complementar sus ingresos.

La realidad económica en Cuba es compleja. La depreciación del peso cubano, el alza en los precios de alimentos básicos y la falta de oportunidades laborales han llevado a muchos a recurrir al mercado informal para subsistir.

El salario que Heriberta recibe en su empleo en una empresa estatal, que asciende a 2,600 pesos al mes, apenas cubre sus necesidades básicas por una semana. Sin embargo, su determinación y resiliencia la empujan a caminar varios kilómetros diariamente bajo condiciones climáticas extremas para vender productos y obtener algún ingreso extra.

Agravando la situación, Heriberta sufre de gota, una enfermedad que inflama sus articulaciones y le provoca dolor intenso, lo que dificulta aún más sus desplazamientos. Sin embargo, la necesidad la impulsa a continuar.

El paisaje económico se ve reflejado en su negocio informal, donde las ventas han disminuido en los últimos meses debido a la crisis económica. La primera mitad del mes suele ser más fructífera, mientras que hacia el final, las ventas descienden, ya que el poco dinero que la gente tiene lo destina a la compra de alimentos.

A pesar de sus esfuerzos por ahorrar y reinvertir en su pequeño negocio, la inflación y la escasez de productos básicos han hecho que esos ahorros se destinen inevitablemente a la compra de alimentos, y aún así, hay ocasiones en las que no logra obtener lo necesario para comer.

Afortunadamente, su hijo, que trabaja como bicitaxista, en ocasiones la ayuda con algo de dinero. Sin embargo, también enfrenta sus propias dificultades económicas y hay días en los que no puede aportar nada.

Las palabras de Heriberta reflejan el agotamiento y la frustración que sienten muchos cubanos ante una situación económica que parece no tener solución a corto plazo: «Estamos trabajando solo para comer malamente… Esto no es fácil, esto no hay quien lo aguante».