En el sector Harlem de la provincia holguinera de Cuba, se reporta que tres ancianas han sido víctimas de agresiones sexuales, según testimonios de residentes locales a medios independientes.
Luego del violento asalto sexual y posterior asesinato de Ofelia Guillén, de 84 años, el 23 de octubre, surgieron informes que indican que existen más víctimas de este tipo de agresiones en la región.
Imilsi Diéguez Hernández, quien compartía la fe con la señora Guillén, informó a Cubanet que «Ofelia fue hallada en la entrada de una vivienda cercana a la suya con evidentes signos de violencia sexual». Añadió que «al menos otras dos mujeres de avanzada edad también sufrieron ataques similares en el área recientemente», pero solo Guillén perdió la vida, quizás debido a que se defendió tenazmente, siendo una mujer vigorosa a pesar de su edad.
«La acompañaba en la iglesia, en donde lideraba un grupo de la tercera edad. Era una feligresa devota y muy apreciada. Es devastador lo que ocurrió. Tres ancianas en el mismo vecindario han sido agredidas, pero la única que fue asesinada fue ella. Tal vez luchó con todo su vigor», relató Diéguez Hernández.
Un testigo independiente, cercano a la víctima, respaldó estas afirmaciones, según Cubanet.
Se sabe que Guillén fue atacada al regresar de una panadería. Vivía sola ya que no deseaba unirse a su hijo y nuera en otra parte de la ciudad, y era asistida por la iglesia, apuntó la fuente.
La comunidad de Harlem se encuentra profundamente afectada, ya que tales incidentes son inéditos en la zona. Diéguez Hernández mencionó en redes sociales que aún no se ha detenido al o los responsables del crimen de Guillén.
No está claro si las autoridades consideran que los ataques son obra de un agresor en serie.
Desafortunadamente, crímenes de este calibre se han vuelto más frecuentes en Cuba, evidenciando un crecimiento en actos violentos.
Meses atrás, la comunidad de Covadonga, en Cienfuegos, lamentó el asesinato de una anciana en su hogar, según informantes cercanos a la víctima a CiberCuba. Magnolia Quevedo fue brutalmente asesinada en su casa en Aguada de Pasajeros. Según una residente local, la motivación fue el robo, ya que la señora comercializaba recargas telefónicas y café.