Un acto valiente en medio de una lucha constante: un cubano fue arrestado en Holguín mientras protestaba por la grave situación de hambre y represión que enfrenta su país. El incidente tuvo lugar en el municipio de Banes y fue compartido en las redes sociales por un usuario de Facebook que se hace llamar “Cubana Anticomunista”.
En un video que circuló por las redes, se observa cómo el hombre, a pesar de no oponer resistencia al arresto, continúa gritando su mensaje mientras es introducido en un vehículo policial. Su voz, llena de desesperación y preocupación, resuena en medio de la calle, rodeado de personas que observan la escena, conscientes de la gravedad de la situación.
El autor de la publicación, “Cubana Anticomunista”, denunció la represión y la miseria que azotan a Cuba en su post de Instagram. El hambre y la pobreza se han convertido en una realidad cotidiana para muchos cubanos, y estas protestas son un testimonio del sufrimiento que padecen.
La semana anterior, en el pueblo de Becerra, en Las Tunas, los residentes llevaron a cabo un cacerolazo en plena calle para protestar contra los cortes continuos y prolongados de electricidad, después de soportar un apagón de 10 horas. En esta ocasión, varias mujeres, algunas con niños, hicieron sonar sus calderos en un acto de protesta y solidaridad.
La persistencia de las protestas en Cuba se evidencia en las estadísticas recopiladas por el Observatorio Cubano de Conflictos (OCC), que informó sobre un total de 465 protestas públicas en septiembre pasado. Esto representa un incremento del 9.4 % en comparación con las 424 protestas registradas en agosto y un aumento del 27.5 % en relación con las 364 de septiembre de 2022.
Estas protestas han estado en su mayoría relacionadas con problemas de derechos económicos y sociales, agravados por la crisis de los servicios públicos, como la atención de salud, el suministro de agua y electricidad, los costos adicionales en la educación y los servicios bancarios, así como la seguridad alimentaria.
Un ejemplo destacado ocurrió en el municipio Cojímar, en La Habana, donde los residentes colgaron carteles en postes eléctricos en protesta por la falta de agua durante ocho meses. El letrero rezaba: “8 meses sin agua por tubería y Agua de La Habana sin solución para nosotros”.
Días antes, en Carlos Rojas, Matanzas, un grupo de cubanos se manifestó en las calles para protestar por el mismo problema: la falta de acceso al agua. Residentes de la finca Campuzano se unieron en una protesta sin precedentes para evitar que las autoridades de la Empresa Eléctrica retiraran el transformador que les proporcionaba el suministro de agua.