El aumento de la delincuencia en Holguín ha sido motivo de preocupación en la provincia cubana en los últimos tiempos. Sin embargo, en medio de esta preocupante tendencia, un grupo de valientes vecinos se convirtió en protagonista de una historia que demuestra la fuerza de la comunidad cuando se une contra la criminalidad.
En una publicación en Facebook del grupo oficialista “Realidades desde Holguín”, vinculado al Ministerio del Interior (Minint), se informó sobre un acto de valentía que tuvo lugar en Holguín. Agentes del Minint y los habitantes de Vista Alegre colaboraron para capturar a un ladrón que se había escondido debajo de una cama en una vivienda local.
La historia se desarrolló cuando el propietario de la casa dejó la puerta abierta durante unos minutos. Al regresar, notó que la “cajita descodificadora” del televisor estaba desconectada, lo que despertó sus sospechas. Los ruidos adicionales en la vivienda aumentaron su inquietud, llevándolo a sospechar que había intrusos en su hogar.
El dueño de la casa decidió actuar con rapidez y corrió hacia una vivienda cercana en busca de ayuda. Varios de sus vecinos respondieron a su llamado y juntos se dirigieron de regreso a la casa. Al registrar la habitación, encontraron al ladrón escondido debajo de la cama, quien aparentemente se hacía el dormido en un intento de evadir la captura.
Sin perder tiempo, los vecinos llamaron a la policía y retuvieron al presunto ladrón hasta su llegada. Esta acción valiente por parte de la comunidad demostró cómo la colaboración y la determinación pueden prevalecer ante la delincuencia.
Si bien esta historia es un ejemplo elogiable de vecinos unidos contra la delincuencia, también pone de manifiesto el crecimiento de la violencia en la región y, de hecho, en toda la isla. Decenas de personas han sido víctimas de robos y, en casos extremos, de asesinatos perpetrados por delincuentes.
El régimen cubano ha enfrentado críticas significativas por su manejo de la situación de seguridad en el país. A pesar de estos informes de aumento de la delincuencia, el gobierno se ha negado a admitir la magnitud del problema y ha acusado a los emigrados de difundir una imagen exagerada sobre la violencia en Cuba.
