¿Una Cuba para ricos? Hasta 600 pesos por una simple libra de tomate para ensalada en un agromercado

Redacción

Gobierno cubano anuncia que realizará "ferias comerciales" por fin de año

La situación en Cuba con respecto a los precios de los productos agrícolas, en particular el tomate, es un reflejo de los desafíos económicos y burocráticos que enfrenta el país. Los agricultores, como Bartolo Zapata y Raúl Morales, han expresado su frustración por la disparidad entre lo que ellos reciben por sus productos y los precios exorbitantes a los que se venden en los mercados, a menudo debido a intermediarios que elevan los precios.

El hecho de que un campesino venda sus tomates a 1,500 pesos la caja y luego estos se vendan a 500-600 pesos la libra muestra una marcada diferencia en el margen de ganancia, lo que indica que hay intermediarios que están aprovechando la situación. Esta disparidad en los precios es aún más frustrante para los agricultores cuando se enfrentan a desafíos como la falta de transporte para llevar sus productos al mercado, como fue el caso de Morales, quien vio cómo su cosecha se pudría debido a la inacción del gobierno.

La propuesta de permitir que los agricultores vendan directamente a la población es una solución potencial que podría ayudar a regular los precios y garantizar que los agricultores reciban una compensación justa por su trabajo. Sin embargo, la implementación de tal sistema requeriría cambios significativos en la forma en que opera la cadena de suministro agrícola en Cuba.

El tope de precios impuesto por el gobierno en un intento de frenar la inflación también ha tenido un impacto en la situación. Si bien la intención puede haber sido proteger a los consumidores de los altos precios, en la práctica, puede haber tenido el efecto no deseado de desincentivar la producción o la venta de ciertos productos.

La situación en Cuba es un recordatorio de la complejidad de los sistemas agrícolas y económicos y de cómo las decisiones tomadas a nivel gubernamental pueden tener efectos no deseados en el terreno. Es esencial que se busquen soluciones que beneficien tanto a los agricultores como a los consumidores y que se aborden los desafíos subyacentes que enfrenta el sector agrícola del país.