La situación descrita refleja un aumento preocupante de la violencia y la delincuencia en Cuba, especialmente en relación con los cocheros, quienes son atacados y asesinados para robarles sus animales y carretas. Estos incidentes no solo son devastadores para las familias de las víctimas, sino que también generan miedo e inseguridad en la comunidad.
Francisco Ortega Abreu, conocido como Paco, es la última víctima de esta ola de crímenes. A pesar de sus problemas mentales, era conocido por ser una persona tranquila y no conflictiva. La brutalidad de su asesinato ha dejado a la comunidad en shock y ha generado indignación, especialmente porque los responsables aún no han sido detenidos.
Los comentarios en la publicación de Sánchez reflejan el dolor y la ira de la comunidad. Muchos destacan la bondad y la naturaleza pacífica de Paco, mientras que otros expresan su frustración con la creciente inseguridad y la aparente inacción de la policía.
El hecho de que se hayan reportado varios casos similares en menos de un año es alarmante. Los cocheros, a menudo personas mayores o con pocos recursos, se han convertido en blancos fáciles para los delincuentes. Los casos de Osvaldo, conocido como Coronel, y Antonio Silvino Díaz Yera son ejemplos trágicos de esta tendencia.
Aunque en el caso de Díaz Yera se detuvo a sospechosos, la comunidad sigue clamando por justicia y medidas más efectivas para combatir la delincuencia y proteger a los ciudadanos.
Estos incidentes subrayan la necesidad urgente de abordar la creciente inseguridad en Cuba y garantizar que los responsables de estos crímenes sean llevados ante la justicia. La comunidad espera que las autoridades tomen medidas concretas para prevenir futuros ataques y garantizar la seguridad de todos los ciudadanos.