El gobierno cubano ha emitido acusaciones contra cubanos exiliados en Estados Unidos, sosteniendo que están tramando un «final de año violento» en la isla.
Basándose en declaraciones de informantes no identificados, la maquinaria propagandística del gobierno cubano ha difundido estas alegaciones en un contexto donde busca fervientemente ser excluido de la lista de naciones patrocinadoras del terrorismo, lista que es mantenida por el gobierno estadounidense.
De acuerdo con el medio oficialista Razones de Cuba, las autoridades cubanas sostienen que «individuos con base en Miami están orquestando maniobras desestabilizadoras para que el cierre de 2023 sea ‘sombrío'». El reporte apunta directamente a la Fundación Patriótica y destaca a Ibrahim Bosh, perteneciente al Partido Republicano de Cuba, como una pieza central en este presunto plan subversivo.
Razones de Cuba, sin ofrecer pruebas concretas, argumenta que este colectivo tiene en su poder un arsenal que comprende rifles y armas cortas de diferentes tipos, supuestamente obtenidos en la región centroamericana. Asimismo, el medio indica que el capital destinado para estas operaciones rondaría los 5,000 dólares, una suma que parece insuficiente dada la magnitud de las acciones descritas.
Dentro de las supuestas estrategias a implementar, se destaca la intención de atacar a la Guardia Costera de Estados Unidos, con el propósito de hacer creer que fueron las fuerzas cubanas las responsables y, de esta manera, generar tensiones diplomáticas entre ambos países. Adicionalmente, se insinúa que el grupo tiene la intención de lanzar una «campaña mediática» para propagar desinformación y alimentar sentimientos de temor e inseguridad en la población.