El gobierno cubano anunció su intención de revisar las «distorsiones» en el creciente sector privado de la economía cubana. El primer ministro del régimen, Manuel Marrero Cruz, enfatizó que esta revisión no significa un retroceso, sino más bien un esfuerzo para mejorar y avanzar en la participación de actores económicos en el país.
Durante el cierre del III Simposio Nacional de Asesoramiento Jurídico y Derecho Empresarial en La Habana, Marrero Cruz destacó la importancia de abordar cuestiones relacionadas con la aprobación de las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) y los plazos en los que se lleva a cabo este proceso. Aunque los detalles específicos no se proporcionaron en el informe de Cubadebate, queda claro que el gobierno está evaluando cómo simplificar y agilizar la aprobación de mipymes.
Además de la revisión de las regulaciones y procesos para las mipymes, el gobierno también está considerando la creación de dos instituciones separadas, una para el sector privado y otra para el sector estatal. Esto podría indicar un esfuerzo por separar y brindar un enfoque más específico a estos dos componentes de la economía cubana.
Es importante destacar que las mipymes cubanas han experimentado un crecimiento significativo en el primer semestre de 2023, triplicando sus ventas de bienes y servicios en comparación con el año anterior. Esto demuestra el potencial y la vitalidad del sector privado en Cuba.
Sin embargo, las mipymes también han enfrentado críticas, incluso desde el oficialismo. El presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP), Esteban Lazo Hernández, señaló que muchas de estas empresas son importadoras de productos terminados y no contribuyen significativamente a la creación de riqueza en el país. Esta crítica pone de manifiesto la necesidad de abordar los desafíos y limitaciones que enfrenta el sector privado cubano.
Recientemente, se hizo público el viaje de un grupo de más de 70 empresarios cubanos a Miami en busca de inspiración y orientación sobre cómo mejorar sus negocios. Este acontecimiento refleja el interés tanto del gobierno de Estados Unidos como del régimen cubano en brindar un mayor apoyo al sector privado.