En La Habana Vieja, el 3 de octubre, un trágico derrumbe de un edificio ha dejado a un grupo de cubanos en una situación desesperada. En medio de la tragedia, la voz de los afectados se alza, clamando por ayuda y un lugar donde vivir.
Susana Pérez, una de las víctimas, expresó su angustia en un vídeo compartido en las redes sociales por el periodista cubano Mario J Pentón. “No tenemos dónde vivir. No tenemos acceso a nuestros hogares. Necesitamos ayuda, por favor”, suplicó.
Esta desoladora situación se agrava por la presencia de niños en las familias afectadas. Susana explicó: “Necesitamos un techo dónde vivir. Yo tengo cuatro niños menores de edad. Mi niña más pequeña tiene un año”.
Según informes publicados en el medio oficialista Granma, algunas de las familias afectadas por el derrumbe han buscado refugio temporal en las casas de familiares y amigos. Sin embargo, la falta de vivienda propia sigue siendo un problema apremiante.
Alexis Acosta Silva, el intendente de La Habana Vieja, anunció medidas para mitigar el impacto en la educación de los estudiantes. Se reubicarán a los estudiantes de la ESBU René Fraga en otros centros docentes para garantizar que sus clases no se vean afectadas. Por otro lado, la Escuela Secundaria Jorge Arturo Vilaboy Viñas continuará sus actividades de forma normal.
El funcionario también informó que brigadas del Ministerio de la Construcción, en colaboración con Secons, se encuentran trabajando arduamente para retirar los escombros y avanzar en la recuperación del área. Se estima que en el edificio colapsado residían 13 núcleos familiares, un total de 54 personas, todas las cuales se ven afectadas por esta tragedia.
Este devastador incidente no solo ha dejado a las familias sin hogar, sino que también ha cobrado vidas valiosas. Entre los fallecidos se encuentra Yoandra Suárez López, una rescatista voluntaria de 40 años, y Luis Alejandro Llerena Martínez, un joven rescatista profesional de tan solo 23 años, quienes perdieron sus vidas mientras intentaban ayudar.
Posteriormente, se logró rescatar el cuerpo de Ramón Páez Frometa, un cubano de 79 años que se encontraba en el edificio en el momento del trágico incidente. Su historia refleja la diversidad de edades y experiencias de vida entre los afectados por esta desgarradora tragedia.