En la más reciente emisión de la Mesa Redonda, el gobierno cubano reconoció abiertamente las dificultades que enfrenta el país para garantizar el suministro de alimentos esenciales incluidos en la canasta básica normada. Esta admisión llega en un momento crítico, cuando el país está implementando medidas para enfrentar la crisis energética que lo afecta.
El viceprimer ministro y titular de Economía y Planificación, Alejandro Gil Fernández, destacó en su intervención televisiva que la economía cubana está lidiando con una falta de créditos, exacerbada por la crisis global, el alza de precios y las consecuencias del embargo impuesto por Estados Unidos.
Gil Fernández aseguró que, pese a las adversidades, el gobierno ha hecho esfuerzos significativos para asegurar productos vitales como la leche para los niños, el pan, el café y el arroz. Sin embargo, no mencionó otros productos fundamentales que también se racionan, como el aceite, los frijoles, la sal y el pollo.
El funcionario explicó que la mayoría de los productos de la canasta son importados y que han enfrentado retrasos en las entregas debido a diversos factores, incluido el aumento de precios a nivel mundial y restricciones de exportación de países como la India. No obstante, aseguró que en octubre contarán con suficientes suministros para satisfacer las necesidades de la población.
En relación con el pan, Gil Fernández señaló que se requieren 770 toneladas de harina diariamente para satisfacer la demanda nacional, y que el trigo necesario debe ser importado. Además, hizo hincapié en la urgencia de mantener el suministro de leche y pan, aunque reconoció que podrían surgir interrupciones en ciertas áreas.
En cuanto al café, indicó que la producción nacional comenzará en noviembre y que el café importado debería llegar en octubre. Estas declaraciones respaldan las previas del director técnico productivo de Cubacafé, Daniel Davis Hernández, quien había señalado la falta de materia prima para reiniciar la producción.
Gil Fernández enfatizó la importancia de impulsar la producción nacional y de depender menos de las importaciones. Afirmó que el país debe centrarse en distribuir equitativamente lo que es capaz de producir, en lugar de lo que importa. Además, sugirió que ciertos productos cárnicos disponibles podrían distribuirse de manera más equitativa mediante regulaciones de ventas.
A pesar de reconocer la falta de divisas y la dificultad para importar productos esenciales, el viceprimer ministro insistió en que la situación está vinculada al escenario global y no puede ser tratada de forma independiente. Sin embargo, dejó sin abordar el tema de la disminución en la producción de carne de cerdo, un alimento que se ha vuelto casi inalcanzable para muchos cubanos debido a su escasa disponibilidad y altos precios.