Cuba, una nación con una rica historia en la producción de café, enfrenta actualmente una paradoja que ha dejado a muchos ciudadanos perplejos y frustrados. A pesar de ser conocida por su café de alta calidad, la isla ha llegado a un punto en el que necesita importar este preciado grano debido a retrasos en la producción nacional.
El Ministro de Economía, Alejandro Gil Fernández, recientemente abordó este tema, admitiendo que la canasta familiar cubana es «insuficiente» y no satisface todas las necesidades del pueblo. A lo largo del año, ha habido retrasos en la entrega de productos esenciales, y algunos no se han distribuido según lo programado.
Lo que sorprende a muchos es que, según el plan gubernamental, casi el 100% de la canasta familiar se importa, incluido el café. Gil Fernández señaló que, aunque la producción nacional de café no comenzará hasta noviembre, el café que debería haberse incluido en la canasta familiar en este período intermedio tenía que ser importado. Sin embargo, debido a los altos costos en el mercado global, no ha sido posible hacerlo.
El ministro también destacó el aumento de los precios internacionales, sugiriendo que la gente se informe sobre la situación. Mencionó que, aunque inicialmente se estimó que mantener los productos de la canasta costaría alrededor de 1600 millones de dólares al año, ese número ha aumentado a entre 1800 y 1900 millones.
La escasez de café ha provocado una ola de reacciones entre los cubanos. Muchos lamentan la ironía de que un país que una vez fue un próspero productor y exportador de café ahora tenga que depender de las importaciones. Las redes sociales están llenas de comentarios de ciudadanos desconcertados por la situación. Un usuario expresó su incredulidad al decir: «Es fácil explicar, pero muy difícil entender». Otro comentó sobre la tristeza de ver a un país, que incluso en tiempos más difíciles fue un exportador de café, ahora incapaz de satisfacer sus propias necesidades.
Y mientras el café escasea en las tiendas regulares, está disponible en el mercado negro y en las tiendas en dólares del gobierno. De hecho, el Café Cubita, un producto nacional, se vende en varias provincias a precios que varían desde 3 hasta casi 30 USD, dependiendo del tamaño del paquete.
La situación actual del café en Cuba es un reflejo de los desafíos económicos más amplios que enfrenta el país. Mientras el gobierno busca soluciones, los ciudadanos esperan con la esperanza de que la nación pueda volver a ser autosuficiente en la producción de uno de sus productos más emblemáticos.