¡Régimen cubano desesperado por resolver los apagones, anuncia estrictas medidas de ahorra en el sector estatal!

Redacción

La isla de Cuba enfrenta una de sus crisis energéticas más desafiantes en años recientes. A pesar de los esfuerzos del régimen cubano por presentar la situación como una serie de medidas de «ahorro», la realidad es que la nación caribeña está experimentando una «crítica situación energética» que amenaza con intensificar los ya frecuentes apagones que afectan a la población.

El gobierno cubano ha anunciado una serie de acciones destinadas a reducir el consumo de energía eléctrica y promover el uso racional de los recursos energéticos. Medios locales, como Soy Villa Clara y Perlavisión de Cienfuegos, han sido los encargados de difundir estas medidas a la población. Sin embargo, detrás de la fachada de «ahorro», se esconde una realidad más sombría: la generación eléctrica en Cuba ha disminuido en casi un 25% entre 2018 y 2022.

Entre las medidas anunciadas se encuentran la paralización total o parcial de servicios y producciones no esenciales en ciertos horarios, restricciones en el uso de sistemas de climatización, ajuste de horarios laborales para evitar picos de demanda y la promoción del trabajo a distancia o teletrabajo. Además, se ha ordenado la desconexión de frigoríficos y equipos de refrigeración en horarios pico, siempre que no se ponga en riesgo la conservación de productos.

Adicionalmente, se busca reducir el uso de luminarias en centros comerciales e industrias, manteniendo solo el alumbrado público esencial para garantizar la seguridad vial y peatonal. A los residentes se les pide que utilicen los equipos de manera eficiente y que sigan las medidas de ahorro propuestas.

En cuanto al combustible, un recurso vital para la generación de energía y el funcionamiento de servicios esenciales, se ha instado a las autoridades a priorizar actividades vitales como servicios de salud, servicios necrológicos, guardias eléctricas y recogida de desechos sólidos, entre otros.

La situación actual es el resultado de años de desinversión y falta de mantenimiento en la infraestructura energética de la isla. A pesar de los esfuerzos por mejorar la disponibilidad de electricidad mediante el alquiler de patanas de generación, la realidad es que la capacidad de generación eléctrica de Cuba ha disminuido drásticamente en los últimos años. Esta situación ha llevado a graves problemas de apagones y ha sido uno de los detonantes de protestas sociales.

El impacto de esta crisis energética se siente en la vida diaria de los cubanos. Los apagones no solo afectan la comodidad y la calidad de vida, sino que también tienen un impacto económico, ya que muchos negocios dependen de la electricidad para operar. Además, la falta de energía eléctrica puede tener graves consecuencias en áreas críticas como hospitales y centros de salud.