La Habana es conocida por su rica historia, arquitectura colonial y vibrante cultura. Sin embargo, lo que muchos no saben es que también alberga una serie de escuelas internacionales que ofrecen una educación alternativa a la tradicionalmente proporcionada por el sistema educativo cubano. Estas escuelas son una opción para aquellos que buscan una educación de calidad y orientada internacionalmente en la isla.
Una de las áreas más lujosas de La Habana es el barrio de Miramar, donde se encuentran muchas de estas escuelas internacionales. Estas instituciones educativas se establecieron en propiedades que, en 1959, fueron expropiadas a sus dueños originales y posteriormente convertidas en embajadas o entregadas a ciudadanos comunes.
Las escuelas internacionales en La Habana están diseñadas principalmente para residentes extranjeros, como diplomáticos y empresarios, así como para cubanos con doble nacionalidad. Estas escuelas ofrecen programas educativos en varios idiomas, incluidos el inglés, francés, ruso y español, y siguen currículos basados en estándares internacionales.
Por ejemplo, el Centro Educativo Español de La Habana, ubicado en el corazón de Miramar, ofrece un currículo basado en el sistema educativo español. A diferencia de las escuelas cubanas tradicionales, donde la educación está fuertemente influenciada por la política y la ideología, las escuelas internacionales como esta se centran únicamente en la educación. No hay sindicatos, núcleos de partido ni otras organizaciones políticas en estas escuelas. En su lugar, se prioriza la calidad educativa y el bienestar de los estudiantes.
El proceso de selección para trabajar en estas escuelas es riguroso. Los candidatos deben pasar por exámenes, entrevistas y otros procedimientos de evaluación antes de ser seleccionados. Una vez contratados, los profesores reciben salarios competitivos, a menudo en moneda extranjera, lo que es una rareza en Cuba. Además, las instalaciones de estas escuelas suelen ser de alta calidad, con aulas climatizadas y recursos educativos modernos.
Sin embargo, esta calidad tiene un precio. Los padres deben pagar por todo, desde los libros hasta las comidas. En algunas escuelas, como la Escuela Internacional, hay un comedor donde los estudiantes pueden almorzar, mientras que en otras, como la escuela española, los estudiantes deben traer su propia comida.
A pesar de los costos, muchas familias ven el valor de enviar a sus hijos a estas escuelas. No solo reciben una educación de calidad, sino que también están expuestos a una variedad de culturas y perspectivas, lo que los prepara para un mundo cada vez más globalizado.