Un colosal tiburón, de cerca de cuatro metros, fue atrapado por pescadores de Matanzas en zonas de la plataforma insular.
Este tiburón, conocido comúnmente como cañabota, quedó atrapado en herramientas de pesca. Debido a su impresionante tamaño, los pescadores no pudieron izarlo al barco, por lo que decidieron remolcarlo hasta la costa.
Los cañabota habitan en profundidades abisales, lo que se refleja en su tonalidad marrón oscuro y sus ojos brillantes. Estos escualos pueden alcanzar longitudes de hasta seis metros.
Fuentes cercanas al incidente indican que el tiburón ya estaba sin vida cuando lo descubrieron, enredado en un equipo que había sido desplazado por el mal tiempo y que los pescadores ya habían considerado perdido.
Este hallazgo es inusual, ya que se trata de una criatura de las profundidades y los pescadores, con sus herramientas tradicionales, no tienen la capacidad de capturar tales ejemplares.
A nivel global, esta especie se encuentra en la categoría de «casi amenazado». Esta clasificación se otorga cuando, tras una evaluación basada en criterios establecidos, no cumple con los requisitos para ser considerado En Peligro Crítico, En Peligro o Vulnerable, pero está cerca de cumplirlos o podría hacerlo en un futuro no muy lejano.
Estos tiburones son comunes en los fondos abisales de todo el mundo, siendo considerados por algunos como el «rey de los grandes fondos marinos». Su capacidad para vivir en profundidades extremas lo hace una especie fascinante y, a la vez, esquiva.