En un evento programado en Las Tunas, los artistas cubanos Charly & Johayron se encontraron en medio de una pesadilla que nunca imaginaron. En su declaración, compartida en sus redes sociales, detallaron los actos de violencia que experimentaron junto a su equipo, condenando enérgicamente lo que ocurrió.
Desde el inicio de la noche en Las Tunas, los artistas habían estado listos para su actuación, habiendo preparado cuidadosamente todos sus equipos. Sin embargo, la velada tomó un giro inesperado debido a la desaparición del organizador del evento, quien tenía la responsabilidad de gestionar la venta de entradas y coordinar la logística del concierto.
La ausencia repentina del organizador y la falta de coordinación resultante sumieron al evento en un caos total. Charly & Johayron expresaron su profundo pesar por los actos de agresión y violencia que se desataron, enfatizando que, más allá de ser músicos, son seres humanos con familias a las que desean ayudar a través de su música.
Los artistas compartieron su testimonio, que ilustra la trágica serie de eventos:
**”No es necesario dar explicaciones para algo que carece de sentido. El día en que se comprenda que, por encima de todo, somos seres humanos con familias, y que lo último que merecemos es esto, habremos avanzado. Cometemos errores, pero jamás haríamos daño a nadie.
Desde las 10 de la noche, nos encontrábamos en Las Tunas, habíamos preparado todos nuestros equipos adecuadamente. El encargado de recaudar las entradas y organizar el evento desapareció. Nuestros managers nos aconsejaron esperar o cancelar el concierto. Sin embargo, decidimos actuar por respeto a los asistentes, que no tenían culpa.
Cuando llegamos al evento, nos encontramos con que habían arrojado botellas y piedras al equipo de sonido. Intentamos explicar la situación, pero no nos permitieron hablar. Uno de los organizadores del evento instó a quien no estuviera satisfecho con nuestras explicaciones a hacerlo saber.
Fue entonces cuando una botella voló hacia nosotros, y la seguridad nos sacó del lugar. Ahí comenzó una pesadilla que ningún ser humano merece vivir. Destrozaron nuestro vehículo con nosotros dentro, destrozaron varios instrumentos y causaron lesiones, incluyendo heridas en los ojos a Johayron.
En nuestro equipo hay mujeres, padres, madres, entre otros. Nuestra intención siempre ha sido llevar alegría, baile y felicidad. Lo que nunca esperamos es ser tratados de esta manera. Pueden criticar nuestra música y nuestra personalidad, pero jamás merecemos sufrir daño. Somos jóvenes con sueños de crecer y ayudar a nuestras familias.”**
Este relato angustiante nos lleva a cuestionar la seguridad en eventos públicos y la necesidad de un entorno pacífico para que los artistas puedan expresar su creatividad sin temor. El ataque a Charly & Johayron en Las Tunas no solo representa un incidente aislado, sino que plantea preguntas sobre la violencia en la sociedad y la protección de aquellos que trabajan para llevar entretenimiento y alegría a sus seguidores.