El jueves, un cartel con un mensaje dirigido al gobernante Miguel Díaz-Canel fue descubierto pintado en la sede del Partido Comunista de Morón, en Ciego de Ávila.
Diversos informes compartidos en redes sociales muestran la pared con la frase «Díaz-Canel singao», mientras dos hombres intentan raspar la pintura de la fachada.
«En Morón sí saben cómo aprovechar los apagones», ironizó un usuario en Twitter bajo el nombre de El Ingeniero.
«Morón amaneció así en este jueves. En la pared del propio PCC. La isla hierve, los tiranos tiemblan, el pueblo está a punto de explotar», afirmó en su página de Facebook Obdiel Torres Guevara, un residente de Ciego de Ávila.
«El pueblo de Morón se pronuncia contra la dictadura. Desde Ciego de Ávila, nos llega otra excelente obra de ‘pinta tu pedacito’. ‘Díaz-Canel Singaoooooo'», comentó un joven bloguero en Facebook. Aparentemente, enviaron a dos personas a eliminar la pintura de las paredes.
En Morón, el año pasado, alguien también pintó carteles con las frases «Voto No» y «Abajo Díaz-Canel Singao» en las paredes del estadio de béisbol municipal.
Este acto se suma a uno similar ocurrido el mismo jueves en Palma Soriano, Santiago de Cuba, donde se pintó un letrero que decía «Canel singao entrega el país».
Según la página Cubanos por el mundo, el letrero fue colocado después de 15 horas de apagón y al día siguiente, temprano, la policía llegó al lugar con peritos y perros para borrarlo e investigar al presunto autor.
«En esta cuadra donde se ubicó el cartel, justo frente a la casa del Pastor Lorenzo Rosales Fajardo, quien está preso por manifestarse el 11J, cumpliendo siete años de privación de libertad. Además, en esta misma cuadra se encuentran tres personas más cumpliendo sanciones injustas por manifestarse el 11J», detalla la información.
El régimen castrista impone duras condenas a quienes colocan estos letreros.
Boada Valdés ha estado en prisión durante un año y medio en la cárcel de Valle Grande y se le acusa de no solo expresar su descontento hacia Miguel Díaz-Canel sino también de incitar a la protesta en las calles a través de las redes sociales.
El gobierno lo acusa del delito de propaganda enemiga, que tenía una pena máxima de diez años en el antiguo Código Penal, aunque no figura como tal en el Código actual.