En un dramático episodio que ha conmocionado a la comunidad internacional, Gabriel Gómez Oma, un apasionado padre cubano de 37 años, se encuentra en paradero desconocido después de intentar una arriesgada fuga de su tierra natal en una tabla de windsurf a finales de agosto pasado. Este valiente hombre emprendió su huida desde Guanabo, La Habana, con el audaz objetivo de alcanzar las costas de Florida.
El desgarrador relato de esta historia salió a la luz a través de la madre de Gómez Oma, Ofelia, quien compartió detalles de su inolvidable partida con el medio independiente CiberCuba. Según Ofelia, su hijo zarpó hacia el horizonte a las 8:00 p.m., llevando consigo un traje de buzo y una pistola de pesca submarina. La última comunicación que mantuvo con su familia fue un mensaje enviado a un sobrino desde el mar, pero desde entonces, el silencio ha sido ensordecedor.
Ofelia, una madre angustiada, teme por la vida de su hijo. Aunque Gabriel Gómez Oma sabe nadar, su falta de experiencia en deportes acuáticos agrega un elemento de peligro a esta audaz hazaña. Además, la falta de interés y cooperación por parte de las autoridades cubanas, quienes consideran a Gómez Oma como un emigrante ilegal, ha aumentado la preocupación de la familia.
Desesperada por obtener información sobre el paradero de su amado hijo, Ofelia ha recurrido a la solidaridad de la comunidad. Ha proporcionado su número de contacto, 34632914559, en un intento desesperado por obtener cualquier pista que pueda llevar al regreso seguro de Gabriel.
Esta no es la primera vez que un cubano ha intentado una huida similar. En mayo del año pasado, el joven cubano Pablo Mantilla Masa logró alcanzar las costas de EE.UU. en una tabla de surf.
Mantilla, quien partió de Varadero, relató su hazaña y compartió detalles de su meticulosa preparación para el viaje. “Todos los días yo navegaba en Cuba, estudié el tiempo, en programas de internet, los vientos, todo, todo, para que nada fallara”, afirmó. Su determinación y conocimiento meticuloso del entorno marítimo fueron cruciales para el éxito de su travesía.
“De hecho, aproveché también el polvo del Sahara que venía entrando a la zona oriental y así no me lograban ver”, añadió Mantilla, destacando la ingeniosa estrategia que utilizó para evadir la detección. “Le pasé por el lado a los botes, a los cruceros, y nadie se daba cuenta porque quién iba a imaginarse que un cubano venía así”.
Durante su arduo viaje, Mantilla sobrevivió gracias a una mochila que contenía agua con azúcar, que le proporcionaba la hidratación necesaria para afrontar las duras condiciones marítimas.
La historia de Gabriel Gómez Oma y su valiente intento de escape se suma a la lista de relatos impactantes de cubanos que buscan la libertad y un futuro mejor fuera de su país de origen. A medida que la comunidad internacional sigue con atención estos eventos, es esencial recordar los riesgos extremos que enfrentan quienes toman estas decisiones desesperadas.
En esta búsqueda incesante de libertad, las historias de héroes anónimos como Gómez Oma y Mantilla Masa nos recuerdan la importancia de la solidaridad y el apoyo internacional en la lucha por la libertad y los derechos humanos. La incertidumbre en torno al destino de Gabriel Gómez Oma mantiene en vilo a su familia y al mundo, mientras todos esperamos ansiosamente noticias de su seguridad y bienestar.