Un turista colombiano que recientemente visitó Cuba ha compartido en sus redes sociales las realidades que a menudo no se revelan a los visitantes extranjeros antes de su viaje a la Isla.
Daniel Vergel, quien documenta sus experiencias de viaje en su cuenta de TikTok, decidió ofrecer a sus seguidores una visión honesta de su estadía en el país caribeño, desmitificando la imagen idealizada que el régimen cubano suele presentar para atraer turistas.
«Nadie te cuenta que un cubano promedio puede ganar un salario mínimo de 20 dólares, pero una cubeta de huevos puede costar 15 dólares y una libra de carne, tres meses de salario», comenzó Vergel.
El turista señaló que la escasez de alimentos en Cuba afecta tanto a los restaurantes como a los hoteles, que la disponibilidad de medicamentos es limitada, que muchos edificios históricos están en estado de deterioro, que la población recibe una ración mensual de alimentos básicos y que la conexión a Internet enfrenta problemas.
Según Vergel, Cuba parece ser un país atrapado en el tiempo, donde aquellos que prometieron un cambio significativo han frenado cualquier transformación en nombre de promesas que continúan sin cumplirse.
Como recomendación final, alentó a otros viajeros a visitar la Isla y contribuir de manera positiva al cubano promedio, comprando artesanías locales, degustando la comida callejera y hospedándose en casas particulares.
Cada vez más, youtubers y viajeros comunes que visitan Cuba comparten la cruda realidad del pueblo cubano, marcada por la privación y el sufrimiento.
Hace unas semanas, el cantante argentino Gonzalo Sarfatti, de 19 años, expresó que en La Habana «parecía que había sufrido una guerra», tras conversar con la gente y presenciar la escasez en el país.
También Yan Castedo, un viajero brasileño conocido en redes sociales como «Nómade sincero», documentó el deterioro de las calles de La Habana durante su visita reciente.
En julio, un turista mexicano compartió su experiencia en el hotel Iberostar Laguna Azul de Varadero, donde la calidad de la comida fue tan mala que él y su pareja tuvieron que buscar alternativas en un restaurante privado local.