En Cuba, ha surgido un nuevo y misterioso acontecimiento que ha dejado perplejos a muchos. Un observador anónimo capturó imágenes de un lote de autos nuevos, supuestamente destinados a la industria turística del país, mientras eran transportados en camiones portavehículos. Estos vehículos, de la marca Proton y fabricados en Malasia, pertenecen a Geely, una reconocida compañía automotriz.
La presencia de estos autos nuevos en la isla generó una ola de preguntas y críticas entre los ciudadanos cubanos. Muchos se preguntaron por qué se estaban importando vehículos para el turismo cuando en Cuba escasean los servicios esenciales, como el transporte público, las ambulancias y los tractores para la agricultura.
Una de las principales preocupaciones expresadas por la comunidad cubana fue la falta de inversión en mejorar el sistema de taxis, que en su mayoría se encuentra en un estado de deterioro alarmante. Los vehículos destinados al transporte público tienen más de cinco años de uso intensivo y carecen de accesorios y piezas de repuesto. Esto no solo afecta a los conductores de taxis, sino que también dificulta que los ciudadanos tengan acceso a un medio de transporte seguro y confiable.
Un comentario que resonó en la discusión fue que, en lugar de importar autos nuevos para el turismo, el gobierno debería proporcionarlos a los taxistas locales, permitiéndoles ganarse la vida de manera digna y contribuir al presupuesto del estado.
Otro aspecto que generó indignación fue la aparente falta de priorización de las necesidades básicas de la población. En un momento en que la escasez de alimentos es una realidad para muchos cubanos, la inversión en autos para el turismo plantea interrogantes sobre las decisiones de gasto del gobierno.
Algunos internautas especularon sobre el posible uso inicial de estos vehículos en la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno del Grupo del G-77 + China, que se llevará a cabo en el Palacio de Convenciones de La Habana en septiembre. Sin embargo, estas conjeturas no han sido confirmadas oficialmente.
En el pasado, el gobierno cubano solía anunciar públicamente la llegada de cargamentos de vehículos destinados a la industria turística, en su mayoría de la marca surcoreana Hyundai. Estos anuncios solían generar críticas debido a la importación de autos para el turismo mientras faltaban servicios médicos esenciales, como ambulancias y transporte público.
En febrero de este año, se produjo otro evento sorprendente cuando una caravana de aproximadamente 200 autos chinos recorrió la autopista A4, que conecta La Habana con Pinar del Río. Este avistamiento también generó especulaciones sobre su origen y destino, pero, nuevamente, resaltó la preocupación por la falta de transporte público y servicios de emergencia en Cuba.
