Un recuerdo que se remonta a la era de Cuba antes del colapso de la Unión Soviética hace más de 30 años parece estar a punto de resurgir, al menos según los anuncios que están llegando desde Moscú.
El Banco Central ha anunciado la imposición de un límite máximo de 5.000 pesos cubanos (equivalentes a US$289,51) por operación en efectivo para cobros y pagos. Además, el gobierno de la Isla ha dado luz verde al suministro de carne y productos lácteos de otras nueve empresas rusas, según informó el Servicio Federal de Supervisión Veterinaria y Fitosanitaria (Rosselkhoznadzor).
La decisión de permitir este suministro fue tomada por el lado cubano a través del Centro Nacional de Sanidad Agropecuaria de Cuba (CENSA), que está bajo la supervisión del Ministerio de Agricultura. Esta elección se hizo tras una exhaustiva inspección de posibles proveedores llevada a cabo en la segunda quincena de junio del presente año.
Como resultado de esta evaluación, se ha admitido la entrada al mercado cubano de tres empresas porcinas, dos empresas lácteas, un productor de aves y carne de res, así como dos productores de productos terminados. Además, se ha extendido por dos años la acreditación de las empresas que ya estaban previamente certificadas.
En total, ahora son 23 empresas rusas las que tienen el derecho de suministrar productos al mercado cubano, incluyendo siete empresas autorizadas para exportar carne de cerdo, cinco que ofrecen productos cárnicos terminados, cuatro dedicadas a la carne de aves de corral, cuatro empresas de productos lácteos, dos de carne de res y una de pescado enlatado.
En las redes sociales, los usuarios están recordando con nostalgia la carne enlatada rusa que solía comercializarse en la Isla hasta principios de la década de 1990, junto con otros productos como juguetes, el perfume Moscú o el bálsamo de Shostakovsky, que solían estar disponibles hasta la caída de la URSS.
Sin embargo, las autoridades cubanas aún no han ofrecido detalles sobre cuándo estos productos rusos podrían ingresar al mercado cubano ni sobre los canales de distribución que se establecerían para su venta.
La histórica relación entre Rusia y Cuba tuvo un nuevo impulso en mayo, cuando ambas partes firmaron ocho acuerdos económicos y comerciales. Estos acuerdos incluyeron un contrato para el suministro de trigo a Cuba y una carta de intenciones para desarrollar una fábrica de ron en Cárdenas, además de fortalecer la presencia financiera y empresarial rusa en la Isla al aceptar el rublo ruso en tiendas y restaurantes.
Recientemente, durante una reunión entre el millonario ruso y funcionario del Kremlin, Boris Titov, director del Consejo Empresarial Rusia-Cuba, y el embajador cubano en Moscú, Julio Garmendía, se formalizó la creación de la empresa mixta ruso-cubana Rusmarket, que se encargará de la venta de productos rusos en la Isla.
Las cifras comerciales muestran un fuerte crecimiento en el intercambio comercial entre ambos países, con un superávit de US$452 millones a favor de Rusia al cierre de 2022, que se multiplicó por nueve en los primeros cuatro meses de 2023, alcanzando los US$137,6 millones en comparación con el mismo período del año anterior, según los datos más recientes proporcionados por la Cancillería rusa.
